Aqualia tira de FCC ganando su mayor obra en Suramérica
Construirá y operará una planta de aguas residuales por 375 millones en Bogotá
Aqualia mantiene el paso en una FCC venida a menos en los últimos años y en la que se espera de que el magnate Carlos Slim marque nuevas pautas. La filial acaba de adjudicarse su mayor proyecto en Suramérica con el diseño, construcción y operación de la planta de tratamiento de aguas residuales de la localidad de El Salitre, en la zona centro de Colombia.
El contrato asciende a 430 millones de dólares (unos 375 millones de euros) y ofrece una carga de trabajo de ejecución de 60 meses, además de la operación y adiestramiento del personal local.
El consorcio del grupo español incluye a la constructora griega Aktor Technical y a la firma local Cass Constructores. Enfrente, ha sido finalista el tándem formado por la brasileña Odebrecht y la francesa OTV. La actuación está parcialmente financiada por el Banco Mundial.
OHL, ACS, Ferrovial o Acciona estuvieron interesadas
El cliente es la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR), que acomete desde 2012 la adecuación y recuperación ambiental del río Bogotá. El proyecto tendrá beneficios para tres millones de habitantes de la capital, Bogotá, de la que dista escasos kilómetros la citada localidad de El Salitre. El agua tratada servirá para el uso agrícola, aunque la Administración tiene como primer objetivo la eliminación de olores y descontaminación del río.
De nuevo se ha tratado de un largo proceso en el que han competido los mayores grupos españoles. Aqualia y sus socios partieron en 2013 con la competencia o muestras de interés de siete consorcios, la mayor parte de ellos con presencia de referencias locales y de los que formaban parte Ferrovial, ACS, Abengoa, Acciona, Isolux u OHL, en busca de la ampliación de la planta depuradora de El Salitre. Esta incluirá un mayor nivel de servicio y pasará de una capacidad de tratamiento de 4 metros cúbicos por segundo a 7,1, uniendo nuevas instalaciones a las antiguas una vez rehabilitadas.
Un pulmón para el grupo
Presente en 24 países, en los que presta servicios a 24 millones de personas, FCC Aqualia es uno de los pilares sobre los que se sostiene el grupo. Acumula una cartera de contratos valorada en 14.400 millones de euros (sobre un total de 32.500 millones en todo FCC), dos tercios en España, y sus ingresos en 2015 alcanzaron los 1.033 millones, tras un incremento del 8% respecto a 2014. Este volumen supone un 16% de la cifra global de negocio y frente a un ebitda de 227 millones (el 28% del total) arroja un rendimiento bruto del 22%.
Suramérica es una de las área prioritarias de expansión, en la que FCC estuvo presente en el negocio del tratamiento de aguas a través de Proactiva, sociedad conjunta con Veolia, firma gala que se quedó en 2013 con el 100% obligando a Aqualia a reconquistar el terreno perdido. Proactiva contaba con negocios en Brasil, Argentina, Chile, México y Colombia, entre otros mercados.
Con el área de construcción de FCC prácticamente atenazada por la debacle del mercado doméstico, la crisis particular vivida con la quiebra de la austriaca Alpine, y el cambio de control en el grupo, las últimas alegrías para FCC están llegando de Aqualia. Entre voluminosas adjudicaciones el año pasado en México, Chile o Arabia Saudí, el gran hito se produjo al imponerse por la depuradora de Abu Rawash, ubicada en El Cairo (Egipto), cuyo volumen de inversión es de 500 millones para unos ingresos esperados de 2.400 millones.
Los casi 14.500 millones de cartera por proyectos relacionados con el área de Agua superan a los 11.800 millones de ingresos previstos por los contratos de Servicios Medioambientales y los 6.230 millones de FCC Construcción.
Esta reserva de contratos se disparará a lo largo del presente ejercicio con los 2.400 millones de la citada depuradora en Egipto, que entra en la cartera una vez se produce el cierre financiero del proyecto, y la planta de tratamiento colombiana.
El rival más fuerte, en horas bajas
FCC ha peleado en Colombia contra un rival de enorme poder, pero debilitado en los últimos meses por un grave caso de corrupción como es Odebrecht.
Mientras los tribunales brasileños enjuiciaban a la mayor constructora de América Latina por presuntos delitos de corrupción pasiva, lavado de dinero y asociación para delinquir, en Colombia se ponía el caso en conocimiento del Banco Mundial, financiador de la depuradora de El Salitre, y de la Procuradoría General de la Nación por si su presencia en el tramo final del concurso era refutable.
Odebrecht defendió que su actividad en Colombia estaba perfectamente aislada de las prácticas en Brasil, salvando las objeciones de la ley que inhabilita para concurso público a las empredas que incurran en delitos contra la administración pública.