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Columna
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Arabia Saudí: fin a su adicción al crudo

Ha desaparecido un obstáculo importante que frenaba la reforma económica en Arabia Saudí. Y con él se va una de las principales barreras para un incremento del precio del petróleo. El gabinete del país aprobaba el lunes un plan de reforma económica para poner fin a la adicción del país al crudo. El autor del plan, el vicepríncipe heredero e impulsor del plan, Mohamed Bin Salmán, podría argumentar que, después de que el precio del petróleo haya caído un 60% en dos años, ya era hora de modificar radicalmente la economía y abrir nuevas fuentes de ingresos no petroleras.

En el centro de las reformas del príncipe Mohammed está la creación de un gigantesco fondo soberano, que podría manejar hasta tres billones de dólares en activos. Los rendimientos del fondo contribuirán de forma significativa al objetivo de aumentar los ingresos no petroleros hasta el billón de riyales (236.000 millones de euros) en 2030. Pero unas mayores ganancias en las ventas de petróleo serían de gran ayuda. A la venta de una participación en el preciado productor de petróleo Aramco también le ayudaría un rebote en el precio del crudo. El productor estatal es la mayor petrolera del mundo tanto en producción como en valoración, cifra que crecerá cuanto mayor sea el precio del petróleo.

Su bajo precio ha sido una cura para algunos de los malos hábitos de Arabia Saudí. El príncipe Mohammed ha reducido, por ejemplo, los subsidios a la energía a los que los saudíes se habían acostumbrado. Ahora que el joven monarca está en el camino para la diversificación de la economía, relajar la guerra de precios en la que Arabia Saudí ha luchado contra sus productores rivales ya no parece algo tan esencial.

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