La Fed no aumentará los tipos, lo cual nos beneficia
La economía de Estados Unidos sigue creciendo y generando empleo. Pero la tasa de participación laboral aún no se ha recuperado de la Gran Recesión, y muchos estadounidenses en edad de trabajar todavía no se incorporan al mercado y buscan empleo activamente. La inflación en EEUU es baja y no hay apenas presión al alza de los precios. Los halcones en la Reserva Federal quisieran aumentar los tipos, conscientes de que la deuda de los Estados Unidos supera los 18 billones de dólares y que una única subida de unos tipos de interés que están en niveles históricamente bajos desde 2009 (se subieron por primera y única vez en diciembre pasado, solamente un 0,25%) dificultará a medio y largo plazo la reducción del déficit y de la deuda y la contención de un posible aumento brusco de la inflación. Pero las "palomas", lideradas por Janet Yellen, presidenta de la Reserva Federal, imponen su criterio de que no se producirá un incremento de los tipos hasta junio. Su elevación en estos momentos podría producir un caída súbita en los mercados bursátiles, cómo sucedió en los primeros meses de 2016. La debilidad de la economía china se mantiene. A sus dirigentes les cuesta gestionar una economía que sigue creciendo por debajo del 7% y cuya burbuja inmobiliaria y financiera solamente puede deshincharse gradualmente mediante medidas con mucha habilidad. De lo contario, las restricciones al crédito bancario y aumentos de las reservas de capital de las entidades financieras que se han decretado en el pasado contribuyen a la ralentización de la economía china. El FMI en su reunión de primavera ha rebajado las previsiones de crecimiento de la economía mundial y de muchas de sus potencias -- pero no de España. Después del fracaso de la cumbre de Doha, los precios de los hidrocarburos no crecerán, y los de las materias primas (metales, alimentos) continúan a niveles muy reducidos, lo cual perjudica gravemente a muchos países en vías de desarrollo y emergentes. Yellin y las otras palomas del Fed por consiguiente se preocupan por la situación de la economía y comercio internacional, y la debilidad de los emergentes y sus mercados de valores. Incrementar los tipos de interés en EEUU provocaría una revalorización del dólar, encareciendo las exportaciones estadounidenses y encareciendo las hipotecas y los préstamos de los americanos. Mientras la inflación no repunte, la Fed no subirá los tipos hasta junio, y es muy posible sea la última (o penúltima) de 2016. Dicha circunstancia también favorece a las exportaciones españolas y de la eurozona.