La nueva ronda de ajustes en banca minará la competencia regional
El recorte de oficinas y empleados de Banco Santander es solo el primero de otra ronda La banc busca compensar la presión de los márgenes y el reto de la digitalización Desde Funcas advierten de la elevada concentración del sector
Banco Santander ha convocado mañana a los sindicatos para iniciar un proceso de negociación sobre el cierre de 450 de sus oficinas de menor tamaño y la salida de al menos un millar de empleados. Desde las centrales asumen que este es solo el primero de muchos encuentros de este tipo en el sector.
Temen que se trate solo del pistoletazo de salida para una nueva ronda adicional de ajustes en el sector financiero como demuestra el hecho de que en los últimos días hayan anunciado también procesos similares EspañaDuero (el antiguo Ceiss, ya integrado en Unicaja) o la filial española de Novo Banco.
El sector financiero y los propios supervisores auguraban un nuevo proceso de concentración del sector bancario español para este año, si bien el periodo de incertidumbre política que se ha abierto tras las últimas elecciones generales y la volatilidad de los mercados han postergado el baile de fusiones.
Cifras clave
40%
de todo el mercado está en manos de una sola entidad en provincias como Teruel o Cáceres.
17%
cae el número de bancos en la UE desde 2008. En España hay el 40% menos.
La inédita presión que ejercen sobre los márgenes los tipos de interés cero impuestos por el Banco Central Europeo y los nuevos competidores digitales impide, sin embargo, retrasar hasta entonces una nueva ronda de ajustes, que arranca ahora a nivel interno.
Tras un recorte aproximado de 15.000 sucursales y 83.600 empleos desde el arranque de la crisis, desde la Fundación de Cajas de Ahorros (Funcas) asumen que aún se prescindirá de 3.000 oficinas y de 14.000 trabajadores más hasta 2019. El mismo organismo advierte ahora, sin embargo, que semejante reducción de la capacidad instalada está teniendo efectos adversos en la competencia regional.
“La concentración ha aumentado de forma considerable en algunos mercados provinciales y a ello ha contribuido sin duda la caída en el número de bancos competidores tras las fusiones que han tenido lugar”, relata Joaquín Maudos, catedrático de Economía de la Universidad de Valencia y director adjunto del Ivie, que no ve grandes peligros a escala estatal pero advierte, sin embargo, que “la dimensión geográfica relevante para juzgar la competencia no es la nacional”, sino la regional.
“En siete provincias españolas una sola entidad tiene más del 35% de las oficinas, e incluso hay dos con una cuota igual o superior al 40%”, señala Maudos, en relación a Teruel y Cáceres, en el informe “La concentración regional del mercado bancario español”, que acaba de publicar Funcas. “En cambio, en 2008, solo en cuatro provincias una entidad tenía más del 35% de la red de oficinas y en ninguna se superaba el 40%”, ilustra.
Más allá, tomando como referente la regla que utiliza el Departamento de Justicia de Estados Unidos a la hora de evaluar los procesos de fusión entre entidades financieras, que es también el nivel que el Banco Central Europeo toma para medir cuándo se produce una “elevada concentración”, el proceso de ajuste de red ya abordado por las entidades financieras en España dispara la alerta en 21 provincias del país.
Concretamente, se considera que el grado de concentración bancaria es ya elevado en Burgos, Cáceres, Cantabria, Gerona, Granada, Guadalajara, Huelva, Huesca, Navarra, Orense, Palencia, Santa Cruz de Tenerife, Segovia, Soria, Tarragona, Teruel, Toledo, Zamora, Zaragoza, Ceuta y Melilla.
El resultado es que el grado de concentración bancaria en España es ya superior al de la media europea y amenaza con seguir minando la competencia ante la ola de ajustes que inicia ahora el sector y el previsible proceso de fusiones que vendrá después.
Maudos advierte incluso que aunque los nuevos matrimonios entre entidades sean “a escala internacional” en el marco de la unión bancaria, eso no garantiza que se acabe con “ciertos nichos de poder de mercado a escala regional” que conviene vigilar para no renunciar a una sana competencia de mercado.
Paradójicamente, cuando la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) evalúa si autorizar fusiones entre entidades solo tiene en cuenta que no haya un menoscabo decisivo en la competencia a nivel nacional, pero obvia el impacto regional.