La epifanía de Credit Suisse llega tarde
Credit Suisse está más cerca de lograr una rentabilidad aceptable para los accionistas –pero ha necesitado un camino demasiado largo–. El banco suizo aseguró ayer que sumaría 800 millones de francos suizos (735 millones de euros) extra a sus planes para recortar la base de costes del grupo en 2018 y reducir más aún el tamaño de su banca de inversión. Su consejero delegado, Tidjane Thiam, podría haberlo hecho hace cinco meses, y sin las meteduras de pata que han surgido en el camino.
Los inversores ven ahora la luz al final del túnel del que el banco debería emerger en 2018. Si puede reducir los costes del grupo hasta su nuevo objetivo de 18 millones de francos suizos para entonces, debería recibir cerca de 4.500 millones de francos suizos en beneficios. Ello implicaría que las deudas incobrables no se muevan, la tasa impositiva se mantenga en el 30% y que Credit Suisse alcance los 24.700 millones de francos suizos de ingresos previstos por Eikon para esa fecha.
Los inversores ven la luz al final del túnel del que el banco debería emerger en el año 2018
Sumando los 14.600 millones de francos suizos que ahora se están recortando en la banca de inversión en comparación con el cierre del ejercicio, el grupo en su conjunto debería tener activos ponderados por riesgo de alrededor de 300.000 millones de francos suizos. Frente a eso necesitaría almacenar alrededor de 39.000 millones de francos suizos para alcanzar sus objetivos de capital para 2018.
Es bueno que Thiam haya hecho de tripas corazón, pero teniendo en cuenta que su gran estrategia se dio a conocer en octubre, lo ha hecho tarde. Los ingresos de renta fija cayeron un 61% interanual en el cuarto trimestre, y los de las operaciones en el primer trimestre ahora se espera que caigan entre un 40% y un 45% en comparación con el mismo periodo de 2015. Las condiciones de un deteriorado mercado no ayudaron, pero los activos ilíquidos que Credit Suisse conservó llevaron a su banca de inversión a pérdidas de casi 1.000 millones de dólares (unos 895 millones de euros).
El último trabajo de Thiam al frente de la aseguradora Prudential también comenzó con algunas oscilaciones de las que posteriormente se recuperó con creces. Esta nueva estrategia deja la impresión de que el banco va en la dirección correcta, pero a la defensiva.