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Populistas y ultras de derecha atacan a la Europa sin fronteras

Temor al uso que hagan los extremistas de los atentados

Un bombero coloca a media asta la bandera europea en el Ayuntamiento de Santiago de Compostela, mientras la bandera belga ondea también en la plaza del Obradodoiro, momentos antes del minuto de silencio guardado en memoria a las víctimas de los atentados cometidos ayer en Bélgica.
Un bombero coloca a media asta la bandera europea en el Ayuntamiento de Santiago de Compostela, mientras la bandera belga ondea también en la plaza del Obradodoiro, momentos antes del minuto de silencio guardado en memoria a las víctimas de los atentados cometidos ayer en Bélgica. EFE

Precisamente desde Londres llegaron las primeras reacciones en este sentido. El populista Partido de la Independencia del Reino Unido (UKIP) denunció hoy que los ataques del martes muestran que Schengen, el espacio europeo de libre circulación al que no se han adherido los británicos, “es una amenaza para los ciudadanos”, informa Efe.

El retorno de yihadistas desde Siria entrenados para atentar en Europa “debería alertar a la gente de que las fronteras abiertas ponen en riesgo la vida de los europeos”, declaró el portavoz de Defensa del UKIP, Mike Hookem. El líder de esta formación, Nigel Farage, también advirtió en declaraciones a la BBC que la falta de control fronterizo ha llevado al “libre movimiento de terroristas, de bandas criminales y de fusiles Kalashnikovs”.

En Alemania, la líder de la populista Alternativa para Alemania (AfD), Frauke Petry, responsabilizó a los “errores” cometidos en la política migratoria del auge del yihadismo en Europa e instó al Gobierno alemán a “actuar en consecuencia” y a corregir su actual línea en la acogida de refugiados. En este país, la comunidad germanoturca alertó recientemente de que el racismo y la creciente xenofobia “están en auge”, así como el populismo de derechas, muy crítico con la decisión de Angela Merkel de abrir las puertas a los refugiados.

Mensajes al otro lado del Atlántico

Contraria al ingreso de inmigrantes es también la política francesa de extrema derecha Marine Le Pen, del Frente Nacional, que reclamó el cierre inmediato de la frontera franco-belga. “para la seguridad de todos, es imperativo proceder al cierre inmediato de la frontera franco-belga, un cierre real y no ficticio como desde hace varias semanas, y al restablecimiento de los controles sobre el conjunto de las fronteras nacionales de nuestro país”, señaló el partido de Le Pen en un comunicado.

En España, la unidad de los partidos es prácticamente unánime frente a la barbarie del terrorismo. Las distintas fuerzas políticas condenaron sin fisuras el martes los ataques y mostraron su solidaridad con las víctimas y todo el pueblo belga. Sin embargo, no todas coinciden en cómo abordar esa lucha contra el yihadismo.

La secretaría de Relaciones Internacionales de Podemos publicó una circular en la que insiste en que el partido condena “de forma rotunda” los ataques y sostiene que “hoy más que nunca Europa debe permanecer unida en su rechazo al terrorismo y a la barbarie, en la solidaridad con las víctimas y sus allegados, y en la defensa y el firme compromiso con la paz, las libertades y los derechos humanos”.

Pero además, aboga por “un nuevo consenso” entre las fuerzas políticas y sociales españolas para afrontar la lucha contra el terrorismo de manera “más eficaz, justa y respetuosa con los derechos humanos”. Esta declaración se produce un día después de la polémica generada por su asistencia a la reunión de seguimiento del pacto antiyihadista en calidad de observador, ya que Podemos no ha suscrito el acuerdo por discrepancias con el texto.

El partido de Pablo Iglesias considera que es necesario “superar el actual modelo de defensa y seguridad nacional” y la respuesta ha de ser política y debe estar basada “en una nueva agenda global que afronte esa amenaza internacional de forma integral”. Para ello, propone medidas como neutralizar las vías de financiación del terrorismo internacional, que en el caso de España considera que debe plasmarse en mejoras en el ámbito de la prevención del blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo.

Del otro lado del Atlántico, la oratoria con tintes de intolerancia de Donald Trump, el aspirante a candidato republicano a la Casa Blanca, ha dejado boquiabiertos no solo a los rivales de su mismo partido, sino también al resto del mundo. Los exabruptos de Trump, al pedir la construcción de un muro fronterizo con México, defender la tortura a los terroristas detenidos o impedir la entrada de los musulmanes en EE UU, han generado entusiasmo entre un sector de la población de ese país a pocos meses de los comicios presidenciales.

En el Reino Unido, miles de personas han firmado una petición para pedir al Gobierno que deniegue el ingreso de Trump mientras que políticos tradicionalmente cercanos al Partido Republicano –como es el caso del alcalde conservador de Londres, Boris Johnson– han expresado su preocupación por su posible llegada a la Casa Blanca.

De esta forma, la prueba de fuego para Europa puede llegar este 23 de junio, cuando los británicos decidan en las urnas su futuro en la UE.

Queda por ver si los británicos, famosos por su pragmatismo, responden con el “Brexit” a la crisis migratoria y si esa decisión provoca un efecto dominó en el resto de Europa.

El primer ministro británico, David Cameron, fuerte partidario de que el Reino Unido permanezca en la Unión, apelo hoy a la “unidad” de Europa para combatir el terrorismo del Estado Islámico (EI). “El Reino Unido y Bélgica comparten los mismos valores de liberad y democracia. Los terroristas quieren destruir todo lo que nuestros dos países representan, pero nunca les dejaremos”, afirmó Cameron en la Cámara de los Comunes.

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