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El Foco
Tribuna
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Cuba, una oportunidad para las empresas españolas

Cuba vuelve a centrar la atención del mundo político y económico internacional. Tras los históricos encuentros entre Raúl Castro y Barack Obama, el anunciado viaje del presidente norteamericano a Cuba el próximo 21 de marzo inaugura una nueva etapa en las relaciones bilaterales así como de las relaciones de Cuba con el resto del mundo. Un tiempo nuevo que ha generado unas expectativas muy positivas entorno a las posibilidades de apertura comercial y económica del país, en el que España y sus empresas pueden jugar un papel protagonista y aprovechar su posicionamiento como país amigo de Cuba.

Joan Navarro, Sociólogo, socio y vicepresidentede de Llorente & Cuenca
Joan Navarro, Sociólogo, socio y vicepresidentede de Llorente & Cuenca

El mercado cubano es relativamente pequeño –algo más de once millones de habitantes– y una población de bajos ingresos, además de estar fuertemente regulado. Su crecimiento económico en los últimos años ha sido bajo. Según los datos oficiales, el año 2014 cerró con un crecimiento real del PIB de 1%, con un descenso del 4,2% de la exportación de bienes y servicios y la reducción de ingresos en las exportaciones tradicionales como el azúcar o la exportación de los productos derivados del petróleo destinados principalmente a los países del ALBA. El sector turístico por su parte, una de las locomotoras de la economía, no alcanzó los ingresos previstos, ingresando menos divisas que en año anterior.

Los primeros datos oficiales adelantados sobre el año 2015, revelan un mejor comportamiento de la economía, con un crecimiento del 4% y un aumento de la inversión del 12%, lo que habría permitido generar ingresos suficientes para garantizar el suministro de las importaciones así como el pago del servicio de la deuda hasta alcanzar los 5.661 millones de dólares, que supone un 5% del PIB. Cuba se enfrenta al reto de una evolución desfavorable de los precios de los productos exportados a sus principales clientes, los países del ALBA y especialmente Venezuela, aunque se ha beneficiado de la bajada del precio en la importación de alimentos y, sobre todo, del petróleo. A pesar de los esfuerzos de modernización de su estructura económica, la composición del PIB no ha variado sustancialmente en los últimos años, y no ha conseguido aumentar y diversificar las exportaciones a pesar de que los servicios médicos a terceros países –más de 8.000 millones de dólares-, han sido claves para mantener las exportaciones.

Los primeros datos de 2015 revelan un crecimiento del 4% en la economía y un aumento del 12% en inversión

Por todo ello, el gobierno cubano está desplegando nuevas iniciativas de diversificación de su economía para garantizar un crecimiento sostenible que permita mejorar su desarrollo económico y social. Para el año 2016, las previsiones son de un crecimiento del 2%, y el propio presidente Raúl Castro, advirtió en su discurso frente a la Asamblea Nacional en diciembre de 2015, que las limitaciones financieras asociadas a la caída de ingresos de las exportaciones tradicionales cubanas, y muy especialmente con Venezuela, podría restringir el acceso y limitar el objetivo de crecimiento del país. Cuba requiere inversión extranjera, tecnología y know how para sustituir las importaciones y mejorar su sector exterior. Para ello, aprobó la Ley de Inversiones extranjeras en la Asamblea del Poder Popular de 2014 cuantificando en 2.500 millones de dólares anuales el flujo de inversión deseable. El país ha desplegado igualmente una serie de medidas orientadas a facilitar la inversión extranjera, como las leyes para el desarrollo de la Zona Especial de Desarrollo de Mariel (ZED Mariel), mejorando los incentivos fiscales, y flexibilizando y agilizando las autorizaciones, aunque los resultados han sido todavía modestos.

Más allá de los datos, Cuba ejerce hoy una especial atracción entre los inversores de todo el mundo. Durante los últimos meses, decenas de delegaciones gubernamentales de los cinco continentes están visitando la isla acompañados de delegaciones empresariales para explorar y posicionarse en el mercado cubano. Un mercado en el que emergen interesantes oportunidades de negocio para aquellas empresas que sepan identificar y proponer negocios e inversiones de una forma ordenada y coherente con la realidad y necesidades del país. Entre los sectores identificados destacan el turismo, las infraestructuras, la logística, el sector agroalimentario, la energía, la biotecnología o los servicios.

La isla puede llegara ser en pocos años una extraordinaria plataforma regional para los negocios

España y sus empresas, tienen una interesante oportunidad de negocio en sectores económicos emergentes si saben desplegar una inteligencia de negocios acorde con la realidad de la isla. Las exportaciones a Cuba alcanzaron en 2015 los 965 millones de euros, lo que supuso un incremento de un 38,42% respecto a 2014, y las importaciones también se incrementaron un 13,76% respecto a las del 2014 para alcanzar los 125 millones de euros. Pero hay que saber que Cuba y su entorno de negocios no se parece en nada a ningún otro país de América Latina. La isla tiene una singularidad y modus operandi que hay que conocer y respetar. La mirada hacia Cuba debe ser amplia, global y estratégica, y puede convertirse en pocos años en una extraordinaria plataforma regional para los negocios, aprovechando no solo su posición geoestratégica, sino el mejor activo de la isla, su capital humano, muy preparado y competitivo en costes. Sin embargo, hablar la misma lengua no garantiza que hablemos el mismo idioma de negocios, por lo que hace falta invertir en conocimiento con especial atención a la forma en que se generan y gestionan las oportunidades de negocio para transitar con éxito por la particular realidad económica e institucional del país.

Cuba es un país con unas características únicas y una alta complejidad institucional y económica en el que se requiere experiencia, especialización, posicionamiento y una delicada estrategia de focalización de esfuerzos para ir sentando unas bases sólidas para desarrollar nuevos negocios que constituyan un win-win para todos. Se abre una nueva era, y las empresas españolas tienen una importante ventana de oportunidad que deberíamos ser capaces de aprovechar.

Joan Navarro es Sociólogo, socioy vicepresidentede Llorente & Cuenca

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