El líder catalán de la UGT, Pepe Álvarez, nuevo secretario general del sindicato
“La UGT es un sindicato que si no tiene el agua al cuello es muy difícil que tome soluciones”, ha dicho Pepe Álvarez, que es desde hoy el nuevo secretario general de UGT. Y parece que esta agua ya le ha llegado al cuello en forma de dificultades económicas y de financiación, escándalos de corrupción y desprestigio en general. Y todo esto es lo que pretende corregir el nuevo líder ugetista en los próximos cuatro años.
Álvarez, hasta ahora responsable del sindicato en Cataluña, sustituirá a Cándido Méndez, quien deja el cargo después de 22 años. Los delegados del 42 Congreso Confederal de UGT han elegido a Álvarez por 306 votos a favor frente a los 289 votos obtenidos por su rival, Miguel Ángel Cilleros, secretario general de la federación de Movilidad y Consumo. Además hubo 4 votos en blanco. Esto supone que Álvarez deberá llevar a cabo una profunda reorganización del sindicato con un ajustado respaldo del 51%.
Tras cinco largas horas de votaciones que han terminado a las 5.00 de la madrugada y una vez recontados los votos, los dos candidatos han sido informados del resultado y se han fundido en un largo abrazo, rodeados de cientos de delegados que han estallado en aplausos coreando el nombre del sindicato.
Este gesto ha sido especialmente significativo porque la división entre los partidarios de Álvarez y de Cilleros ha estado patente durante todo el Congreso y se ha dejado sentir especialmente a última hora de ayer, cuando los delegados debatieron las últimas enmiendas, que fueron en su mayoría aprobadas por escasos votos de diferencia, tan solo uno en muchas ocasiones.
La victoria de Álvarez, asturiano de nacimiento, se produce a pesar de que el propio Méndez trabajara para que el elegido fuera Miguel Ángel Cilleros. De hecho, en los últimos días arreciaron las críticas a Álvarez por su supuesta defensa del derecho a decidir en Cataluña. Pero el nuevo líder de UGT zanjó anoche esta cuestión asegurando que su postura al respecto es la misma que adoptó el Comité Confederal del 25 de noviembre de 2014, que fue aprobada por unanimidad. En dicha resolución el sindicato defendía una reforma constitucional que incluyera el derecho a una consulta para decidir el modelo de Estado.
Por este motivo, el nuevo secretario de UGT declaró nada más conocerse vencedor que “el resultado demuestra que la catalanofobia no funciona y estoy orgulloso de que la UGT sea la primera organización nacional donde esto ocurre. Esto es bueno para Cataluña y para España”.
Además, los partidarios de Álvarez se habían quejado de los intentos de Cilleros de conseguir votos a través de edulcorar, mediante algunas enmiendas, el ambicioso proyecto de reestructurar internamente el sindicato pasando de seis federaciones sectoriales a solo tres: una de industria y agricultura, otra de servicios públicos y una tercera de servicios privados.
Álvarez ha insistido en que esta reestructuración no se hace por motivos económicos, “aunque algunos así lo piensen”, sino por la necesidad de “drenar recursos” desde las cúpulas organizativas hacia las organizaciones de base. “Este sindicato tiene demasiada cabeza”, ha reprochado Álvarez ante los delegados antes de pedirles su voto.
En este punto ha asegurado que la nueva dirección acometerá la constitución de las tres nuevas federaciones de forma escrupulosa, “tendiendo la mano a todo el mundo”. Y lanzó un mensaje de tranquilidad para las organizaciones y cuadros que temen perder peso en los procesos de fusión, poniendo como ejemplo a la federación de Enseñanza (FETE), de la que dijo “habrá que aprender”.
Se refirió, sin citarlos expresamente, a los casos de corrupción, señalando que UGT tiene que mejorar todo lo referente a la gestión administrativa y a la transparencia, “aunque lleguemos tarde”. Y ha añadido que, a partir de ahora, cuando el sindicato haga algún convenio con una Administración, deberá saberse quién participa y para qué es; y cuando este convenio termine, la relación con la UGT habrá terminado.
Finalmente, ha pedido a los delegados que se potencien las secciones sindicales y ha anunciado que las grandes decisiones que tome el sindicato a partir de ahora se adoptarán previa consulta a los delegados. “Y si eso se puede extender como cultura del sindicato en los convenios sectoriales, mejor que mejor”, ha deseado Álvarez.