Plan bancario por la seguridad

Al menos la mitad de los ataques de los piratas informáticos que se dan en España van dirigidos al sector financiero, la banca y los medios de pago. Es natural. Los ladrones orientan siempre sus aviesas intenciones hacia donde está el dinero. El auge de esas ciberamenazas, uno de los quebraderos de cabeza más importantes para la banca no solo en la actualidad, sino también de cara al futuro, solo tiene como salida lógica el intenso desarrollo de una estrategia defensiva por las entidades financieras. Esta política, que obviamente se orienta a la protección del dinero que los clientes depositan en los bancos con el objetivo primordial de que esté a buen recaudo, forma parte del ADN primigenio de la banca, centrado en la excelencia del binomio constituido por la seguridad y la prudencia. Las ingentes inversiones de la banca para el desarrollo de la actividad online, ese ecosistema en el que ya se desenvuelven con soltura tanto las entidades como los clientes y su forma de relacionarse, serán inútiles si no cuentan con el marchamo de la inviolabilidad. Porque esa es la materia prima en la que acrisola la confianza, un valor que no solo es fundamental para las relaciones financieras, sino también para ese extraordinario mundo del comercio online en el todos estamos ya inmersos para bien de la economía.