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Columna
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Pelea de comida en Reino Unido

La incursión de Amazon en los frigoríficos británicos, a través de un acuerdo con el supermercado Wm Morrison empieza de forma modesta. Solo el 5% de todas las ventas de comestibles en Reino Unido se hacen online y el beneficio está demostrando ser escaso. Pero el gigante de Seattle tiene tres cosas a su favor: el tamaño, su tolerancia a los bajos márgenes y el no contar con molestas tiendas físicas.

La poderosa decisión de Amazon de unir fuerzas con Morrison supone su primera entrada real en el negocio de supermercados británicos. Morrisons es un pequeño pez de 4.400 millones de libras (5.600 millones de euros) de capitalización de mercado en comparación con las 14.700 millones de libras de Tesco, el mayor minorista del país. Pero su negocio asegura un suministro de alimentos frescos para el lanzamiento de la despensa británica de Amazon.

Se espera que el mercado online británico de comestibles se duplique en los próximos dos años

No es de extrañar que el gigante de Seattle de 261.000 millones de dólares (240.000 millones de euros) haya puesto un pie en el sector: se espera que el mercado de comestibles online en Reino Unido duplique su tamaño en los próximos años, según una investigación del Instituto de Distribución Alimentaria. Aunque el 95% de las compras todavía se hacen en las tiendas, todo apunta a que las ventas online alcanzarán los 17.000 millones de libras en 2020.

Amazon ha lavado el cerebro a sus accionistas con vistas a obtener un bajo beneficio o incluso ninguno para ganar cuota de mercado. Los accionistas de Tesco, que actualmente tiene alrededor de la mitad de la cuota de mercado del mercado online de comestibles de Reino Unido, serían menos tolerantes.

El tamaño de Amazon es otro desafío. Una hábil operación logística haría que los clientes de Amazon Premium tuvieran la compra en su puerta una hora después de realizar su pedido en ciertas partes de Reino Unido –aunque fuera por un suplemento–. Eso es atractivo para los clientes que no están dispuestos a quedarse en casa esperando las entregas.

Tampoco se enfrenta a las preocupaciones de exceso de tiendas físicas que afectan a los minoristas británicos. La llegada de Amazon sugiere que no habrá mucho tiempo para un respiro en la actual pelea de la comida en Reino Unido.

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