Confianza en la hostelería, buenas y malas noticias
En 2015, el 7% de nuestro PIB correspondió a la hostelería, lo que muestra la importancia del sector y su influencia y repercusión en la creación de riqueza y en la generación y mantenimiento del empleo. Por eso, la Universidad Nebrija y la Federación Española de Hostelería decidimos crear, en el año 2014, un indicador de confianza que permitiera observar la tendencia de la opinión en el sector. Este indicador permite, cada trimestre, que las empresas hosteleras proyecten su impresión y su apreciación sobre la evolución de las ventas y, sobre todo, gracias al seguimiento, muestra la evolución a lo largo del tiempo, la tendencia.
El último dato aparecido, que corresponde al último trimestre del año 2015, confirma que el índice siguió con tendencia positiva, tendencia que se mantiene durante los seis trimestres anteriores de 2014 y 2015. Sin embargo, el valor de confianza global descendió 10 puntos. Esta cifra surge de la comparación de la base 100 del estudio, el cuarto trimestre del año 2014, con los últimos datos.
El análisis detallado de las cifras que aporta el indicador de confianza permite, en primer lugar, llegar a la conclusión de que el promedio del valor de confianza alcanzado después del cuarto trimestre 2015 refleja el mantenimiento de una fase positiva en la evolución del sector hostelero que dura seis trimestres. Esto, visto en conjunto, nos habla de una cierta recuperación, que coincide con la mejora de las expectativas de los consumidores por efecto de la recuperación de la economía en general.
Sin embargo, continuando el análisis, el descenso del cuarto trimestre parece anunciar la aparición de cierta incertidumbre en los próximos meses, como se puede observar tras el estudio pormenorizado de los indicadores parciales. Ello se deduce del descenso del indicador global, que, aunque leve, con valores algo superiores a 10, manifiesta un aumento de desconfianza sobre la producción y el consumo en el sector en España. De todas formas, en mi opinión, no debe suponer una grave inquietud puesto que solo parece ser el anuncio de un ajuste. Además, no podemos dejar de tener en cuenta, en estos datos, el efecto adverso causado por la estacionalidad, el periodo invernal, durante el cual las previsiones de venta en la hostelería siempre se proyectan a la baja.
Teniendo todos estos elementos en cuenta puede interpretarse, por la forma de la proyección, que se consolida la estabilidad en el sector, al que no es ajeno tampoco, por cierto, la inestabilidad derivada del nombramiento de un nuevo Gobierno. Este dato también está corroborado por el hecho de que ascienden algo las perspectivas adversas y se reducen, aunque no en exceso, las opiniones favorables.
El análisis segmentado del índice global permite comprobar que, comparando los datos del cuarto trimestre con los del mismo trimestre del año anterior, se produce una mejora de casi 19 puntos. Y por lo que se refiere a la evolución reciente, la comparación con el trimestre anterior, la evolución ha significado el aumento del índice en 14 puntos. Sin embargo, para hacer un análisis riguroso es necesario precisar que se comparan dos trimestres desiguales, dado que el tercer trimestre en la hostelería es siempre mejor que el cuarto.
Por otra parte, el índice relativo que explica las perspectivas futuras arroja también una tendencia positiva, tras la pérdida anterior por la finalización de las expectativas de los meses pico del turismo. Eso nos permite detectar, en el primer trimestre del 2016, una cierta confianza en el futuro, señalada en el hecho de que el índice parcial llegue a 4,90, con una subida sobre el tercer trimestre de casi ocho puntos.
Con sus luces y sus sombras, todos estos datos indican que la tendencia de fondo es optimista, aunque la coyuntura específica suponga un leve bache. Como siempre ocurre, la importancia no está en el detalle concreto sino en la tendencia. Pero, también como siempre, es necesario hacer las cosas bien y tener en cuenta los datos de detalle para garantizar que la tendencia no se desvía de su camino al alza. Un sector que supone una parte tan importante de nuestro PIB bien merece no solo la reflexión y la atención a los datos sino, sobre todo, la implementación de las políticas que ayuden a consolidar esa tendencia positiva salvando los baches. El indicador de confianza de la hostelería española puede consultarse completo aquí: http://www.fehr.es/libreria/detalle-publicaciones.php?publicacionesID=128.
Manuel Figuerola es Director del Programa de Doctorado en Turismo de la Universidad Nebrija