Bankia tendrá listo el arbitraje por la OPS esta semana
Otra semana de vaivenes bursátiles en la que se ha formado una nueva tormenta perfecta que tiene despistado a más de un experto y banquero. “Se preveía que iba a ser un mal año para la banca, pero nadie esperaba esta sobrerreacción de los mercados. No tiene sentido este derrumbe bursátil”, comentaba el viernes el responsable de un conocido banco extranjero. La banca es el sector más castigado por los mercados, que parecen que han extendido sus tentáculos alrededor del sistema financiero para forzarle ¿a qué?. Esa es la gran pregunta.
Varios expertos hablan de que es necesario reducir el número de entidades financieras en Europa, y hasta que no desaparezcan cientos de entidades el mercado no se quedara tranquilo. “No hay negocio para todos. Con tipos casi al 0% no hay negocio para nadie”, comenta medio en serio medio en broma el director general de un gran banco. “Solo cuando las fusiones bancarias sean transfronterizas en Europa se podrá decir que hay un verdadero mercado único”, señala otro banquero, pero acto seguido matiza “pese a ello, de momento, no hay ningún proyecto de fusiones entre bancos de distintas nacionalidades. El sector no está interesado en emprender nuevas aventuras”.
La presión sobre los márgenes de la banca es tal que las entidades esperan mejorar este año sus beneficios por la parte baja de la cuenta de resultados, por unas menores provisiones. Pero no todos los bancos podrán resistir esta presión, aunque las soluciones privadas a estas posibles firmas estranguladas por los bajos tipos de interés serán locales. Las fusiones, de producirse este año, serán entre bancos del mismo país, coinciden todos los expertos consultados.
Pero el violento castigo bursátil a los bancos no es solo por estos tentáculos que los están jibarizando. Hay otras teorías defendidas por expertos muy cualificados y vinculados directamente al sector, que chocan con las exigencias y regulación impuestas tanto por el Banco Central Europeo (BCE) como por el resto de los supervisores internacionales en materia de capitalización.
Estos expertos mantienen que los supervisores y reguladores están incidiendo demasiado en la capitalización de las entidades financieras, y se están olvidando de mirar y sanear las tripas del sector al dejar en un muy segundo plano las provisiones.
El BCE, como el resto de los supervisores internacionales están obsesionados con la capitalización de los bancos. Han establecido unos duros ratios y colchones para prevenir que otras posibles quiebras afecten al contribuyente. La solución tiene que estar en el propio banco. Pero prefieren olvidarse hasta que pueda pasar algo de las provisiones. La tendencia es que las entidades fijen gran parte de sus provisiones a través de controles internos, y que se dote en función de la pérdida esperada en vez de calendarios más rigurosos y de pérdida incurrida. Este sistema puede derivar en un aumento de los riesgos sin cubrir”, recela un experto.
Una de las entidades que más han sufrido el castigo de los mercados en las últimas semanas, pese a haber obtenido unos buenos resultados anuales (1.040 millones de euros), y con una de las más altas rentabilidades del sector, del 9%, solo superada por Bankinter, ha sido Bankia. La entidad presidida por José Ignacio Goirigolzarri se ha dejado en lo que va de año un 31,10% de su valor, casi lo mismo que el banco español más damnificado en Bolsa, Popular, que ha perdido en el mercado un 31,51% de enero hasta el viernes pasado.
Parece que la herencia del pasado no perdona. El banco tiene que hacer frente previsiblemente a todas las peticiones de devolución del dinero que invirtieron los pequeños inversores en la oferta pública de suscripción de acciones (OPS) en 2011, tras la sentencia publicada hace dos semanas por el Tribunal Supremo en la que se anulaba su salida a Bolsa.
El banco ya tiene constituida una provisión de 1.840 millones de euros para hacer frente a prácticamente todas las reclamaciones que se puedan presentar, según explican desde la entidad. En esta dotación se incluye unos 800 millones por costes.
Pero ante lo que parece inevitable (la devolución de lo invertido), el mejor remedio que ha encontrado Bankia, y sobre todo el Estado, dueño al fin y al cabo de la entidad, es ahorrarse las costas de los abogados, previstos en unos 500 millones de euros, al abandonar el proceso judicial y acudir a una especie de arbitraje. El banco tiene todo perfilado para poner en marcha este procedimiento. La idea es que esta semana se anuncie el arbitraje para comenzar a devolver el dinero a los pequeños accionistas. Puede que tras este anuncio el mercado reaccione positivamente y rebote su acción, ahora en 0,74 euros.
Y cambiando completamente de tercio, parece que el director general de la rural aragonesa Bantierra, Javier Hermosilla Martínez, tiene los días muy contados en la entidad. Tras los cambios en la presidencia y en el consejo ahora le toca al número dos de esta rural, que ahora está siendo investigada por Anticorrupción, proceso que se suma al plan de saneamiento impulsado por el Banco de España.