El eterno candidato a la Casa Blanca
El ejecutivo hecho a sí mismo que rigió Nueva York durante 12 años se plantea presentarse a la carrera por la presidencia de EE UU. Michael Bloomberg no parece pensar aún en la retirada
A la siempre emocionante carrera hacia la Casa Blanca le hacen falta pocos ingredientes para despertar el interés mundial. Y aunque las próximas elecciones presidenciales no se celebrarán hasta noviembre de este año, las primarias en los partidos demócrata y republicano ya hace tiempo que acaparan la atención mediática, con candidatos tan conocidos como Hillary Clinton y Donald Trump en la competición. Derrotas y victorias en las votaciones de Iowa y New Hampshire están caldeando el ambiente al que se ha sumado un nuevo protagonista: el magnate de los negocios y exalcalde de Nueva York, Michael Bloomberg (Boston, Estados Unidos, 1942).
“Creo que el nivel del discurso y el debate es preocupantemente banal”, aseguraba recientemente al Financial Times el que fuera el político más rico del país –según señala la revista Forbes–. Creador de la firma de software financiero, datos y noticias que lleva su nombre, Bloomberg explicaba al diario británico su convencimiento de que Estados Unidos merece algo mejor y, en referencia a su posible candidatura, aseguraba que contempla “todas las opciones”. Principios del mes de marzo parece ser la fecha límite que se ha fijado el empresario para tomar la decisión.
Hijo de un contable y un ama de casa, Bloomberg se crió en una familia y en un barrio de clase media cerca de la ciudad de Boston y su historia cumple con los principios del sueño americano: una gran dosis de esfuerzo y trabajo para ascender en la escala social. Estudió en la Universidad Johns Hopkins –gracias a préstamos y a su trabajo en un parking– y cursó un master en Administración de Empresas en la prestigiosa Escuela de Negocios de la Universidad de Harvard. Su primer trabajo le llegó en 1966, cuando empezó a trabajar como empleado raso en la firma de intermediación financiera Salomon Brothers, en Wall Street, donde fue ganando cada vez más peso y adquiriendo nuevas responsabilidades hasta llegar a dirigir los sistemas de información de la compañía.
En 1981, cuando la empresa fue adquirida, inició su propio proyecto con el que pretendía emplear la tecnología informática para facilitar el acceso y análisis de la información financiera y así llevar transparencia y la eficiencia a la compra y venta de valores. Ahí comenzó la andadura del imperio Bloomberg LT. Hoy en día se calcula que hay más de 300.000 terminales electrónicos de la empresa en compañías de todo el mundo.
Si hay algo que no le gusta al empresario y político es perder el tiempo, como él mismo mostraba en su autobiografía en la que explicaba la eficacia que había ganado su compañía a eliminar las sillas de las salas de reuniones. También es de sobra conocida la instalación de relojes en el ayuntamiento de Nueva York cuando era alcalde en los que se mostraban los días, horas y minutos que faltaban para el fin de su mandato –en la mayoría de los cuales se podía leer la frase “haz que cada día cuente”–.
Si hay algo que no le gusta al empresario y político es perder el tiempo, como él mismo mostraba en su autobiografía
Y es que, a pesar de sus logros en el terreno corporativo, el magnate es conocido sobre todo por su etapa al frente del consistorio neoyorquino, al que accedió poco después de los atentados del 11 de septiembre de 2001. Durante tres mandatos –modificó la legislación para poder ser elegido más de dos veces–, Bloomberg dirigió la mayor ciudad de Estados Unidos y llevó a cabo importantes transformaciones como el impulso a las zonas verdes o la puesta en marcha del servicio telefónico 311 gracias al cual los ciudadanos pueden informar directamente al ayuntamiento de los problemas que detectan en la urbe. También impulsó unas normas antitabaco pioneras en su momento y logró una mejora sustancial en los índices de seguridad de la ciudad.
Convertido en alcalde como miembro del Partido Republicano, con anterioridad había militado en las filas de los demócratas. Su posible carrera a la Casa Blanca –para la que ya ha sonado en varias ocasiones– sería como independiente, lo cual hace que el reto de alcanzar la presidencia sea aún mayor, ya que nunca lo ha logrado nadie fuera de los dos grandes partidos. Considerado por muchos como el candidato preferido por Wall Street, lo que parece claro es que Bloomberg conseguiría arañar un buen puñado de votos.
Divorciado y con dos hijas, su vida personal también ha despertado siempre un gran interés para la prensa estadounidense. Se ganó la fama de mujeriego y amante de las fiestas tras su divorcio pero dejó atrás las habladurías al comenzar la duradera relación que todavía le une a la ejecutiva Diana Taylor.
Parece que todo lo que rodea al posible candidato a la presidencia de Estados Unidos está acompañado de grandes cifras, y su labor filantrópica no podía ser menos. Preocupado especialmente por áreas como la sanidad pública, la educación, el medioambiente o el arte, el exalcalde de Nueva York se situó el año pasado en el puesto número 7 de la clasificación elaborada por The Chronicle of Philantropy, por haber donado más de 450 millones de dólares en 2014 a diferentes causas.
Aunque en su día aseguró que se dedicaría a esas labores y aparcaría tanto sus ocupaciones corporativas como la política, parece que a sus 74 años, Michael Bloomberg sigue sin querer desperdiciar ni un minuto.