‘Los ocho de Airbus’ niegan haber agredido a agentes de policía
Los sindicalistas conocidos como “los ocho de Airbus” han declarado hoy ante la sala de lo penal número 1 de Getafe y han negado "rotundamente" en todo momento que agredieran a los agentes de policía, se impidiese la entrada a los trabajadores a la fábrica o se diesen instrucciones para ello.
Los acusados han declarado ante el magistrado Abel Téllez acusados por delitos de atentado, lesiones y contra el derecho de los trabajadores, por los que la Fiscalía pide para cada uno de ellos penas de ocho años y tres meses de prisión, por los altercados producidos durante la huelga general de 2010.
El juicio ha comenzado marcado por la presencia de representantes sindicales, como el secretario general de UGT, Cándido Méndez y el de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, quien ha considerado que “se incrimina a los trabajadores para atacar el derecho de huelga, como se ha hecho con el derecho de manifestación con la 'ley Mordaza'.
También han asistido para mostrar su apoyo a los acusados varios líderes políticos y diputados de Podemos, entre ellos Pablo Iglesias, Rafa Mayoral y Alberto Rodríguez, y miembros del PSOE como César Luena y la alcaldesa de Getafe, Sara Hernández.
El líder del PSOE, Pedro Sánchez, por su parte también ha expresado hoy su apoyo a estos ocho sindicalistas al escribir en su cuenta de Twitter: “Los 8 de Airbus tienen mi apoyo y mi solidaridad. La huelga es un derecho y el 315.3 debe derogarse cuanto antes”, junto con la etiqueta #HuelgaNoEsDelito.
Cada uno de los acusados se enfrenta a una petición de ocho años y tres meses de prisión de la Fiscalía por delitos de atentado, lesiones y contra el derecho de los trabajadores al incumplir el artículo 315.3 del Código Penal.
Niegan las acusaciones
En su declaración, Tomás García, quien fuera presidente del comité de empresa de Airbus en Getafe (Madrid) ha negado “rotundamente” que se impidiera la entrada de los trabajadores a la fábrica y ha explicado que “después del tumulto y los disparos”, los policías “estaban muy inquietos”, aunque ha asegurado desconocer lo que motivó los altercados.
Por su parte, Enrique Gil, que era miembro del comité de empresa, ha afirmado que jamás se dieron instrucciones para impedir la entrada a la fábrica y que aunque llevaba un megáfono “una huelga es casi un día de fiesta, no usamos el megáfono para dar consignas”.
“Todo ocurrió muy rápido y la situación era muy confusa” en el momento de tumulto, ha dicho Gil, que ha negado todos los cargos y ha asegurado que no agredió “a ninguno de los agentes”.