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Evelio Acevedo, director gerente del Museo Thyssen

“Un museo tiene que estar más próximo a la sociedad”

Acevedo trabaja rodeado de cifras y de pósteres de exposiciones en su despacho del museo.

Evelio Acevedo, director general del Museo Thyssen, en su despacho
Evelio Acevedo, director general del Museo Thyssen, en su despachoPablo Monge
Paz Álvarez

Llegó al Museo Thyssen-Bornemisza en 2012 coincidiendo con la exposición de Edward Hopper, uno de sus artistas preferidos. Su entrada en la pinacoteca como director gerente fue acompañada por el éxito de la muestra del pintor estadounidense, que batió el récord de visitas, con 322.437 asistentes. Como recuerdo de esos días, Evelio Acevedo, nacido hace 61 años en Moral de Calatrava (Ciudad Real), exhibe en su despacho un póster del cuadro Habitación de hotel, con el que se anunciaba la citada exposición.

Su trayectoria profesional ha ido de la mano del sector financiero, donde ha ocupado diferentes puestos en entidades como el Banco Zaragozano, Santander, Sabadell o Barclays. A pesar de ello, el mundo del arte no le era ajeno, porque previamente a su incorporación al Thyssen confiesa que era un gran aficionado, además de amigo de esta pinacoteca y también del Museo del Prado. Asegura que la gestión de un museo no difiere mucho de una entidad financiera, ya que se trata de un “conocimiento transversal, aunque cada sector tenga unas circunstancias y peculiaridades”. En el caso del arte, afirma que se requiere de otros conocimientos y sensibilidades, “con las que se nace, para valorar aspectos artísticos que a lo largo de la vida vas incrementando”. Cree además que es positivo que los profesionales cambien de sector y no se encasillen en un área determinada, “es bueno también para las empresas, que reciban la mirada de gente de otros sectores que puedan aportar aire fresco”. En este sentido, Acevedo señala que su principal aportación al Museo Thyssen ha sido implantar una visión “más estratégica, que ha funcionado muy bien”.

“Hacía falta repensar el modelo, con una visión de alguien de fuera”

Su incorporación a la institución coincidió, recuerda, con un “momento complicado porque las bases operativas se tambaleaban”. Se refiere al momento en el que Bankia desaparece como patrocinador y el Ministerio de Educación y Cultura recorta el presupuesto que concede a las organizaciones culturales. “El escenario era muy diferente al que se había vivido hasta entonces, hacía falta repensar el modelo, con una visión de alguien de fuera, más enfocado al mundo de la gestión”, explica Acevedo.

Porque toda institución, independientemente de su naturaleza, agrega este gestor, debe saber lo que se espera de ella, sobre todo de qué manera contribuye a la comunidad en la que está presente. “Somos el único museo de historia del arte del XIII al XX, con ocho siglos de historia de la civilización. El cometido como servidores públicos está definido, pero la misión se tiene que reafirmar, lo que se tiene que adaptar es el cómo porque la sociedad cambia, y no tiene nada que ver con hace 30 años”, señala. Hoy día y con la ayuda de las nuevas tecnologías, “un museo tiene que estar más próximo a la sociedad, más accesible a todos, no solo a las visitas que entran por la puerta”.

También destaca que una organización cultural pública ha de ser rentable, pero no en términos de ganar un dividendo mayor sino de sostenibilidad, “de manera que nuestro proyecto sea eficiente y que aporte valor a la sociedad”.

La crisis económica ha hecho mella en el Museo Thyssen, pero también recalca su gerente, han sabido reaccionar a tiempo, buscando y elaborando un calendario artístico con autores más populares, como Gauguin o Zurbarán, o la muestra de moda de Givenchy o las joyas de Cartier, lo que atrae a un mayor número de visitantes. También quiere destacar que el número de asistentes gratuitos se ha incrementado en los últimos años, al ampliar esta cobertura a desempleados. “Tenemos que responder al interés de todos los públicos. Ha de haber un equilibrio”, asegura Acevedo, que confiesa que todos los días controla una cifra: la del número de visitas. “Soy el que mira las cifras en el museo”.

Pablo Monge

El recuerdo de Hopper

Cuando llegó hace cuatro años al Museo Thyssen heredó el despacho de su antecesor. Ydecidió añadirle pocas cosas más. Tan solo le añadió reproducciones de cuadros de exposiciones del museo, como el póster de Hopper, al que le tiene cariño porque fue la muestra que se exhibía en el momento en el que fue fichado. También colgó otro con las Cabinas telefónicas, de 1967, del pintor hiperrealista estadounidense Richard Estes, o el de Las rosas de Heliogábalo, del pintor holandés Alma-Tadema.A Evelio Acevedo le gustan las mesas limpias, a pesar de que la suya siempre está repleta de informes y de papeles. “Soy muy ordenado, pero es muy difícil no acumular papel en la mesa, sobre todo cuando tienes que viajar mucho”, explica este ejecutivo, recién aterrizado de un viaje a Chicago. “Suelo tener encuentros útiles con otros museos, de los que siempre hay algo que aprender”.

El mobiliario es sencillo: las sillas son de piel, la mesa de trabajo, amplia y de color negro, la de reuniones, más pequeña y recogida;en las estanterías hay libros en inglés, pero sobre todo de arte. En un rincón tiene una lámpara decorada con un cuadro de Matisse, de la tienda del museo, una fotografía con los Reyes de España, y otra con el director de comunicación, José María Goicoechea, y la responsable de marketing, Elena Benarroch. Por lo demás, ni rastro de retratos de la familia ni ningún otro detalle personal. Y lo que siempre le acompaña es un portalápices. Cuando no trabaja hace deporte, corre, esquía, va al gimnasio, y al cine.

Sobre la firma

Paz Álvarez
Periodista especializada en gastronomía. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, tiene un programa de desarrollo directivo por el IESE. En 1993 comenzó a escribir en la sección de Madrid y, en 1997, se incorporó al diario CincoDías, donde creó la sección de Directivos y ha sido jefa de la sección de Fortuna hasta 2022.

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