El negocio de la ‘mujer real’ se pone de moda
Las curvas están de moda y las empresas lo saben. El prototipo de cuerpos como el de las hermanas Kardashian o el de Jennifer López y la mujer latina sustituye poco a poco, aunque sea fuera de las pasarelas, al de las mujeres 90-60-90 con Índices de Masa Corporal por debajo de lo saludable. Cibeles, Nueva York o Milán se muestran, de momento, reticentes a incluir estas nuevas tendencias en sus desfiles, pese a los intentos de Candice Huffine o Tara Lynn por reivindicar a la mujer real.
Algunas firmas de moda presentes entre las compras habituales de muchas consumidoras sí que están tratando de llegar a este nicho inexplorado. Hace dos años, Mango lanzó Violeta by Mango, una línea que quería llevar las tendencias más allá de las tallas 36 y 38. Crear prendas que sentaran bien a las mujeres reales: aquellas que no se veían en los desfiles, con unos kilos de más o con las curvas propias de la naturaleza femenina. Sin embargo, la empresa española no empezó con buen pie. Al definir el rango de tallas, fijó el mínimo en la talla 40, una de las más vendidas en los comercios españoles. También se criticó que estas prendas se vendieran en locales distintos a los del resto de su colección.
El término curvy es usado para evitar la denominación talla grande
Violeta Andic, sobrina del director ejecutivo de la empresa española y responsable de Violeta by Mango, no ha modificado el tallaje mínimo, pero recientemente ha anunciado la ampliación de la talla máxima: desde una 52 a una 54. Para promocionar este cambio, así como su nueva colección Primavera/Verano, la marca ha decidido servirse de las modelos antes mencionadas. Huffine ya había colaborado con la firma y está “encantada de formar parte de este proyecto, que apuesta por el mundo de la moda curvy”.
Este es el término que también genera controversias en la sociedad, pero que es usado por muchas marcas para denominar a sus colecciones de tallas grandes de forma que sus clientas potenciales no sientan un rechazo inicial a adquirir productos catalogados como tallas grandes o especiales.
También es el término por el que ha optado Mattel para designar a uno de sus tres nuevos modelos de Barbie, lanzados este jueves. La firma estadounidense, que ha logrado llegar a los hogares de muchas niñas en las últimas décadas, ha visto cómo sus ventas han caído un 20% entre 2012 y 2014. Además, en 2014 Lego la superó como la mayor empresa de juguetes del mundo, gracias al lanzamiento de Lego Friends, una línea destinada a las niñas; y Hasbro se hizo con el mundo de los juguetes para las más pequeñas, al destronar Elsa, la protagonista de Frozen, a Barbie. Ambos hechos, junto con las críticas incesantes de la imagen artificial e irreal de la muñeca, desde su nacimiento hace 57 años, han provocado una “crisis de identidad” en la reina del imperio de Mattel.
Barbie Curvy, Barbie Petite y Barbie Tall. Estos son los tres nuevos lanzamientos con los que Mattel tratará de ganar el interés de las nuevas generaciones. Además de más curvas y distintas estaturas, las muñecas también tendrán diferentes tonalidades de piel, color de ojos o de pelo. Incluso habrá tallas diferentes de zapatos para la Barbie Petite y la Barbie Tall. El objetivo, aumentar las ventas reflejando la diversidad del cuerpo femenino, pero también la multiculturalidad.
El presidente y jefe de operaciones de Mattel, Richard Dickson, sabe que la decisión no va a ser bienvenida entre lose sectores más críticos, aunque espera que aquellos con una visión negativa de la marca, cambien a una “neutral”, subrayó en una entrevista para la publicación estadounidense Time.
Las que han recibido con entusiasmo el cambio de imagen de Barbie son las fundadoras de Adela y Viki, una marca de trajes de baño española para todo tipo de mujeres. “Las mujeres reales de Adela y Viki se adelantaban a la nueva Barbie Curvy, que ha vuelto a revolucionar los cánones de belleza y deja de nuevo claro que hay vida más allá de la 38”, afirman en un comunicado.