Las petroleras pierden 364.200 millones en 18 meses
La guerra de precios que se ha desatado por la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) no solo está desgastando a economías como la rusa o la venezolana, muy dependientes de los ingresos del crudo, sino que también pasa factura a las petroleras, las grandes damnificadas por los niveles actuales del oro negro.
Los primeros descensos en el precio del crudo se remontan a junio de 2014. A mediados de ese mes el barril de Brent cotizaba en los 115 dólares. Por aquel entonces, con el estallido de la violencia en Irak como telón de fondo, nada hacía presagiar el escenario actual. Las previsiones apuntaban, de hecho, a nuevos ascensos.
Sin embargo, el exceso de oferta que inunda el mercado, sumado la negativa de países como Arabia Saudí a reducir la producción de crudo, a fin de expulsar del mercado a los competidores, están penalizando al negocio de las empresas del sector que atraviesan una clara tendencia bajista.
Y la mejor prueba de ello es la caída que acumulan estas compañías en Bolsa, con la consiguiente pérdida de capitalización. En los últimos 18 meses las 20 mayores petroleras del mundo se han dejado en el parqué casi 364.200 millones de euros. Es decir, un 20% de su valor en el mercado.
La consecuencia más inmediata de esta sangría es la caída de sus beneficios y el recorte de la partida de gastos para poder hacer frente a la situación.Según el sondeo anual de Barclays a 225 empresas en todo el mundo, este año los gigantes del sector se verán obligados a reducir entre un 15% y un 20% sus gastos de exploración y extracción si el precio del crudo se situara entre los 40 y 50 dólares. Traducido a cifras, este año el gasto bajaría a los 444.000 millones de dólares (407.700 millones de euros) frente a los 673.000 millones (617.700 millones de euros) de 2014 y los 520.000 millones (477.200 millones de euros) que se espera para 2015, según los cálculos de la entidad.
Otras consecuencias de la coyuntura actual –a la que algunos expertos ya han catalogado como la peor crisis de la industria del crudo en los últimos 30 años– son los de ajuste de plantilla (BP anunció esta semana el despido de 4.000 empleados hasta finales de 2017), el recorte de las inversiones, el cierre de explotaciones deficitarias y los procesos de concentración como la compra de British Gas (BG)por parte de Royal Dutch Shell.
El ranking de las mayores petroleras del mundo está liderado por ExxonMobil que tiene una capitalización de 290.900 millones de euros, 25.300 menos que en junio de 2014. Desde entonces sus acciones se han depreciado un 19%, hasta los 79 dólares y en los nueve primeros meses de 2015 su beneficio cayó un 48%, hasta los 13.370 millones de dólares.
A Exxon le sigue los pasos PetroChina que, pese a que sus títulos han retrocedido un 47% desde los máximos de abril de 2015, en los últimos 18 meses sus acciones avanzan un 5% y su capitalización aumenta en 20.280 millones de euros. Junto a esta, Sinopec, las estadounidenses Kinder Morgan y Philips 66 y la india Reliance consiguen salvar este periodo con incrementos de su valor en Bolsa. El caso de Kinder Morgan se debe a que su propietario decidió en 2014 agrupar en su matriz las sociedades Kinder Morgan Energy Partners, Kinder Morgan Management y El Paso Pipeline Partners LP, de ahí el aumento de su capitalización.
En lado contrario se situaría la anglo-holandesa Shell que además de caer un 38% en Bolsa, se ha dejado en el camino 73.900 millones de euros. A cierre de septiembre, su beneficio se redujo un 93% respecto a septiembre de 2014 hasta los 1.000 millones de dólares (920 millones de euros) y en el primer semestre del año pasado Shell anunció un ERE de 6.500 empleos.
En medio de este escenario, la mayor productora de crudo del mundo, la estatal Saudi Arabian Oil Co (conocida como Saudi Aramco) estudia salir a Bolsa. Conocer en cuánto está valorada es complicado, debido a la opacidad del Gobierno saudí, pero el mercado especula con la posibilidad de que desbanque del trono a Apple, hasta la fecha la empresa con mayor capitalización.El objetivo que se persigue con su puesta de largo en el parqué es compensar la caída de los ingresos procedentes del petróleo en un momento en que el país registra un déficit del 15%.