_
_
_
_

Los más tontos desde los visigodos

Las negociaciones para constituir los primeros Gobiernos regionales del Estado de las Autonomías representaron un extraordinario juego de pactos, repactos y contrapactos que dejan en mantillas lo que está pasando estas semanas en España. Fue un emocionante proceso (ese sí) de pretransición, preñado de una ilusión que a punto está de cumplir los cuarenta años.

Algunos de los protagonistas de las actuales negociaciones no es que no hubieran nacido,es que ni siquiera estaban en la imaginación de sus padres. Al mismo tiempo que eso ocurría, llegaban a la política cada día figuras desde el exilio de las que muchos no habían oído ni hablar. Juan Genovés, que acaba de pasar tristemente con 'Él abrazo' desde el Museo Reina Sofía al Congreso (donde podrá ser admirado día a día por muchos menos), sabe de lo que hablo.

Unos cuantos viejos y nuevos elegidos están intentando ahora hacer política. Nada que objetar a los recién llegados. Savia nueva es bendición. Pero les falta leer la vida real. Leer las difíciles líneas que llevan a lo inesperado.

Me llama la atención que en los listados de representantes de los partidos 'emergentes' aparezca tan poca gente de lo que antes se llamaba Ciencias y tantos de lo que antes se llamaba Letras. La ¿profesión? de politólogo... ha desembarcado cual marabunta en la gestión. Nunca imaginé que tantos en España se dedicasen a estudiar la ciencia de la Política, ¿y a su gestión? Y cada día por la mañana me pregunto qué aportan nuevo desde Platón al desarrollo de los ciudadanos. De la Universidad recuerdo qué se opinaba a partir de los ochenta de los que hacían Políticas, así, en plural. Y a menudo repaso la lista de conocidos que acabaron en Sociales con el futuro puesto en la muy honorable misión de dar clase en un instituto... Y vuelta a empezar.

Nunca hubiera imaginado que una generación o dos de lo que muchos han santificado como "la más preparada de la historia de España" estaría en esos momentos preparándose en politología y adláteres. Pero de algo les debe haber servido, y va siendo hora de que lo demuestren.

En Cataluña, por un lado, y en España, por todos lados, se está negociando la constitución de los nuevos Gobiernos. La inoperancia de los que lo hacen solo es comparable a los ojos de plato con que recibieron el resultado de las elecciones... como si nadie hubiera previsto la absoluta obviedad de la llegante fragmentación parlamentaria. ¿Qué querían? Se han acabado los papás tuteladores (incluidos los antoniosgramcis y sus encarceladores musolinianos). Qué aburridos.

Queridos teóricos de uno y otro lado de vuestras propias líneas rojas: llegaréis a un acuerdo de gobernabilidad, o a varios. Y, si no, que la gente os lo demande. Pero poned en marcha una política práctica y eficaz que salve la recuperación que ha empezado a dar empleo a las familias españolas, o pasaréis a la historia como la generación mejor preparada y más tonta desde los visigodos... o antes.

Archivado En

_
_