Qué tipo de empleados han logrado en 2015 un contrato fijo
El pasado año se hicieron en España 1,5 millones de contratos indefinidos. Así dicho, pueden parecer muchos pero si se comparan con los 17 millones de contratos temporales que los españoles firmaron en 2015 se observa que solo ocho de cada cien contratos registrados fueron fijos.
Así, a pesar de que la foto fija del mercado laboral español arroja que la mayoría de los trabajadores son indefinidos –siete de cada diez asalariados tienen un contrato fijo– lo cierto es que históricamente en España la modalidad contractual inicial que se le hace a los trabajadores cuando empiezan en un nuevo empleo no es la indefinida, sino la temporal. Esto quiere decir que la mayoría de los empresarios españoles no usan los meses de prueba existentes en la legislación, sino que prefieren empezar haciendo un contrato temporal –aunque la naturaleza del puesto sea indefinida– y luego convertirlo en fijo más adelante. De hecho, según los datos oficiales del Ministerio de Empleo conocidos el martes, uno de cada tres contratos indefinidos que se firmaron el pasado año fue una conversión de un trabajador temporal en fijo.
Los hombres y las mujeres se repartieron casi por igual los nuevos contratos fijos el pasado año, si bien estas últimas ser vieron ligeramente menos beneficiadas por las conversiones (el 55% de las transformaciones de temporales a fijos se hicieron a hombres).
Los trabajadores con edades más propicias para ser contratados de forma indefinida fueron fundamentalmente aquellos que tenían entre 30 y 40 años, que suscribieron uno de cada tres nuevos contratos fijos iniciales. Le siguieron aquellos con entre 20 y 30 años, que firmaron el 26,5% del las nuevas contrataciones indefinidas. Según esto, en contra de lo que pudiera pensarse, la experiencia laboral no es una de las principales cualidades que los empresarios tienen en cuenta a la hora de empezar haciendo un contrato fijo al nuevo empleado. De hecho, la franja de edad entre 40 y 49 años firmó el 24% del total de estos contratos y aquellos de entre 50 y 59 años sólo el 12% de todos los nuevos fijos registrados. Pero el mayor ejemplo de que la experiencia no es determinante para conseguir un contrato fijo es que los mayores de 60 años, solo firmaron el 2% de las nuevas contrataciones indefinidas, idéntico porcentaje a los suscritos por el colectivo de entre 16 y 19 años.
La formación no es determinante
Otra cuestión que paradójicamente no se corresponde con lo que podría pensarse inicialmente es que a mayor formación del trabajador, mayor porcentaje de fijeza en la nueva contratación. Eso no es así. Prácticamente la mitad de los asalariados que lograron empezar en un empleo con un contrato fijo el pasado año solo habían completado estudios secundarios. En concreto la educación general (ESO y BUP), porque solo el 5% de los matriculados en FP consiguieron estas contrataciones indefinidas.
Así solo el 12% de los nuevos contratos fijos iniciales se hizo a titulados y doctorados universitarios. Esta es incluso una proporción inferior al 20% que fue contratado por esta modalidad y que tenía solo estudios primarios.
El sector profesional y el cargo tampoco son del todo determinantes para que los empresarios decidan hacer un fijo inicialmente a un trabajador. Es cierto que, por ejemplo, siete de cada diez directores de departamentos administrativos y comerciales de las empresas empezaron lo consiguieron. Igualmente, a la mitad de los altos cargos de las administraciones públicas contratados el pasado año fueron indefinidos de primeras. En ambos casos se trata de porcentajes muy superiores a la media general del 8%.
Sin embargo, hay otros sectores donde su personal también exige altas cualificaciones como es el caso de la sanidad, donde solo el 4,5% de los contratos que se firmaron en 2015 fueron fijos. Entre los sanitarios, el contrato inicial más común fue el de interinidad (o sustitución):uno de cada tres lo fueron.
Otros técnicos muy cualificados como los del sector de las ciencias y las ingenierías tampoco tuvieron gran éxito a la hora de empezar como fijos, ya que solo el 8% de ellos lo logró el pasado año.
Por el contrario, un sector como el de las empleadas de hogar, que dada la elevada temporalidad e irregularidad que tiene podría pensarse que también tiene pocos trabajadores fijos de inicio, no es así. De los 194.798 contratos que se registraron el pasado año en esta actividad, casi la mitad (el 47%) fueron indefinidos inicialmente.
Los peones de cualquier tipo y las personas discapacitadas fueron las que más difícil tuvieron el pasado año empezar como indefinidos: apenas el 1% o 2% de estos colectivos fueron contratados inicialmente de forma fija.
En cualquier caso, la práctica empresarial de utilizar el contrato temporal como el inicial para un empleo está tan arraigada, que ni siquiera medias como la tarifa plana de 100 euros para las nuevas contrataciones fijas están consiguiendo invertir la tendencia.