Abengoa blinda su tecnología y acelera la venta de proyectos
Abengoa ya está con el botón pulsado de las desinversiones, de más de 2.500 millones de euros con la intención de obtener 1.200 limpios. Su misión es centrarse en la actividad de ingeniería y deshacerse de todos los proyectos que no se puedan autofinanciar. Pero no venderá los negocios como un todo y siempre preservará su tecnología, con más de 300 patentes.
El día 18 de este mes, Abengoa, junto a sus asesores Lazard y Álvarez y Marsal presentará su plan de viabilidad, que incluirá una cifra de desinversiones y un análisis de la deuda. Distinguirá entre la sostenible –la que se puede ir pagando con el dinero que genera– y la que estará sujeta a una quita y a un tramo PIK; es decir, deuda que en lugar de pagar con efectivo ofrece como contraprestación otro activo, usualmente más deuda o capital.
Una vez presentado el plan de acción, KPMG, el asesor de los bancos, lo examinará a fondo y determinará cómo se podría adecuar el repago de la deuda y si tendría sentido para Abengoa y para las entidades. Santander, CaixaBank, Bankia, Popular, Sabadell, HSBC y Crédit Agricole forman el denominado G7 que lidera las negociaciones con la multinacional en representación de los acreedores. Eso sí, cualquier acuerdo, para que pueda recibir luz verde judicial, ha de ser suscrito por acreedores cuyos créditos representen al menos tres quintas partes del pasivo y por al menos el 75% del pasivo en manos de la banca.
La compañía propondrá deshacerse de activos por más de 2.500 millones euros para obtener unos 1.200 netos. Pero el objetivo es traspasar proyectos concretos que no son rentables, no vender negocios completos. Además, siempre preservará su tecnología, el verdadero núcleo duro de valor de Abengoa.
La compañía tiene una amplia cartera de patentes en los países en los que está presente y otros en los que no. Según datos de 2014, Abengoa poseía 312 patentes y es, junto con Telefónica, una de las empresas españolas que más solicitudes realiza cada año a la Oficina Europea de Patentes (OEP), que ese año registró un total de 2.485 peticiones de origen español, un 2,1% menos que en 2013. Durante 2014, la compañía invirtió en I+D unos 600 millones de euros, el 8% de sus ventas, mientras que el importe que destinó a esta área en 2013 fue de 426 millones de euros. Cerca de 1.000 de los 24.000 empleados con los que cuenta se dedicaban directamente a tareas de investigación.
La apuesta de Abengoa por la tecnología no es nueva. El pasado mes de junio, su por entonces consejero delegado, Santiago Seage, aseguró que la necesidad de innovar “es la única respuesta posible” y afirmó que “en los próximos años nos vamos a dedicar a desarrollar, patentar y testar tecnología española y a llevarla por el mundo”, marcando a Asia y América como las principales regiones para ahondar en ese crecimiento.
Mientras preserva la tecnología con la que ha crecido, tiene ya una lista concreta de proyectos en venta. Los relacionados con los biocombustibles son uno de los principales lastres de Abengoa. Este segmento de negocio, creado en 2002, registró un margen sobre ebitda de un exiguo 2% en el tercer trimestre del año pasado, cuando el de su área de ingeniería fue 10 veces superior, cercano al 21%. Estos negocios se han visto dañados por la caída del precio del petróleo, en el entorno de los 37 dólares por barril de Brent –entorno de mínimos desde 2008–, y su efecto directo en la cotización del etanol, a 1,37 dólares el galón, un 68% por debajo del máximo histórico que marcó en junio de 2006. El 43% que controla de Abengoa Yield (valorado en cerca de 800 millones de euros) también se incluirá en el plan de viabilidad, si bien actualmente el 39,5% está hipotecado ante diversos créditos.
Abengoa tiene además otros activos concretos a la venta. Entre otros, dos plantas de cogeneración en Brasil, una de ciclo combinado en Argelia, concesiones hospitalarias en Brasil y México, una planta solar en Sudáfrica, plantas desaladoras en Ghana, una planta de cogeneración en México, una solar en Abu Dhabi y otra en Argelia, una central de ciclo combinado en México, un parque eólico en Uruguay, varias líneas de transmisión en Perú, plantas solares en España y de tratamiento y conducción de agua en Estados Unidos. Entre estos proyectos, hay cuatro macroconstrucciones que todavía están en desarrollo y necesitan financiación adicional por cerca de 3.200 millones de euros. Además, ha solicitado al Estado de California, en Estados Unidos, permiso para vender su participación en el proyecto Palen a una de las filiales de EDF.