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Otra vez China.

En el nuevo año, la economía china parece destinada a seguir mostrandonos problemas de fondo. El viernes se conocia el dato de PMI manufacturero (oficial) que se mantuvo en diciembre en zona de contracción (por debajo de 50) por quinto mes consecutivo, pero de forma menos pronunciada que en noviembre: 49,7, contra los 49,6 del mes anterior, cuando marcó su nivel más bajo en tres años. Sin embargo esta madrugada conocimos el PMI manufacturero que calcula Markit, en colaboración con la revista financiera Caixin que, por el contrario, mostro una caida de 0,4 puntos hasta los 48,2 (se esperaba una subida de 0,4 puntos hasta los 49,0).

Con independencia de la fiabilidad de los datos (sobre todo del primero) ambos datos subrayan la ralentización persistente de la segunda economía mundial. Aunque el PMI oficial ha aumentado ligeramente en diciembre, continúa por debajo del punto crítico y es inferior a los niveles históricos en el mismo periodo. Las expectativas de estabilización del crecimiento del PIB después de que en el tercer trimestre cayera por debajo del 7%, parecen se esfumarse con el dato de esta madrugada. El índice PMI no manufacturero (oficial) subió a 54,4 en el último mes del año desde 53,6 de noviembre. Ya veremos como sale el que elabora Markit/Caixin.

Una cosa parece clara: persisten los problemas de débil demanda interna y externa que han pesado sobre las fábricas chinas, agravando el problema de exceso de capacidad. El remedio ha sido peor que la enfermedad ya que las fábricas se han visto obligadas a bajar los precios, añadiendo presiones deflacionarias.

Por otro lado, ya no es posible ocultarlo: el sector manufacturero global esta en clara recesión. El jueves, y cuando todos los analistas esperaban un incremento del PMI Chicago de EE.UU. a 49,8 desde el 48,7 anterior éste cayó inesperadamente a 42,9.

Con estas noticias no ha podido ser peor el comienzo de año para la Bolsa china, que se ha visto obligada a adelantar el cierre del mercado una hora y 32 minutos por primera vez en su historia tras la entrada en vigor de unas normas que establecen esa medida si un indicador bursátil alcanza pérdidas superiores al 7%, frente al 10% que se establecía hasta ahora. La bolsa ha cerrado con una caida del 6,9% y nos queda la incognita de si hubiera sido peor de no ser por esta medida.

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