Siete llaves a los costes laborales y a los precios
El secreto de la fuerte recuperación del crecimiento económico y su correlato intensivo en ocupación en los últimos años está en el control de todos los costes, el laboral el primero de todos, y de todos los precios para ganar competitividad en los mercados locales e internacionales.
Solo replicando un comportamiento similar en los próximos años puede mantenerse un avance del PIB del entorno del 3% cada ejercicio y apuntar un avance del empleo de cerca de medio millón de personas, siempre y cuando la propia demanda vaya generando un cambio en el modelo productivo que lo haga más sostenible y menos vulnerable a las crisis.
Las reformas que se han puesto en marcha (recorte de costes laborales con la laboral, capitalización de la banca con el rescate financiero y sostenibilidad fiscal del Estado con el recorte de gasto público e incremento de los impuestos) han ayudado notablemente a la recuperación de la economía.
La reducción de los costes de producción ha hecho mucho más atractivos por precio los productos y servivios generados aquí
Pero nada ha ayudado tanto como el ejercicio de autorrescate practicado por los trabajadores y empresas con una reducción de los costes de producción (devaluación interna) que ha hecho mucho más atractivos por precio los productos y servivios generados aquí. De hecho, el único cambio que se ha generado en el modelo productivo en esta crisis y su salida ha sido la ganancia de cuota de mercado en los mercados intrenacionales por una moderación de los costes y los precios.
Avance de la competitividad
La clave es mantenerla. Solo así la ganancia de competitividad está garantizada, o, en el peor de los casos, el mantenimiento de los niveles rescatados en los últimos cuatro o cinco años, tras haber tocado fondo hacia 2010 arrastrados por la euforia de la burbuja inmobiliaria. La negociación colectiva será en lo sucesivo un instrumento de vital importancia para extremar el celo competitivo y generar empleo adicional, que a su vez se convertirá en un activo del propio crecimiento. Esa negocación de los salarios debe ser asimétrica, ajustando la demanda a la situación de cada empresa, por mucho que se reivindique un pacto salarial de aplicación general que recoge, ciertamente, modestas subidas de las remuneraciones. Subir los salarios por encima de las posibilidades de una empresa, es el camino más corto para meterla en dificultades y empujarla al cierre.
Y debe darse por enterrada la indexación de la economía y velar por que no resucite, puesto que era uno de los vicios generados por la inflación, y que engendraba a su vez más inflación. La mejor garantía de unos costes moderados, es la moderación de los precios. Y viceversa.