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Acreedores y empresa se reúnen mañana mientras KMPG ultima el mapa de la deuda

La banca se decanta por el concurso de Abengoa para iniciar su recuperación

Planta solar de Abengoa.
Planta solar de Abengoa.REUTERS

Abengoa y sus acreedores celebrarán mañana una nueva reunión, con la expectativa de que esté listo el mapa de deuda que ultima KPMG. Los bancos estudian la propuesta de liquidez de 450 millones hasta marzo, pero una parte de ellas considera que el concurso es el mejor escenario para inyectar liquidez, realizar quitas y capitalizar deuda.

La crisis de Abengoa afronta mañana un nuevo hito, con la segunda reunión de trabajo entre las entidades financieras y la compañía. La primera estará escoltada por la firma especializada en reestructuraciones Álvarez y Marsal, y la banca, por KPMG. La consultora trabaja contrarreloj para tener el informe sobre el mapa de deuda del grupo de ingeniería, a ser posible a tiempo para la reunión.

Santander, CaixaBank, Bankia, Popular, Sabadell, HSBC y Crédit Agricole pilotan las negociaciones con la empresa y se reunieron el viernes con ella. Los representantes de los bancos salieron satisfechos de la disposición de la compañía a enseñar por fin sus libros a KPMG. También comprobaron que la dirección de la empresa, pilotada desde el 27 de noviembre por José Domínguez Abascal, abre la posibilidad de capitalizar una parte de la deuda, hasta el momento una opción cerrada al 100% por la firma.

Abengoa presentó un plan de viabilidad y solicitó 100 millones de euros para llegar a final de año, además de otros 350 millones de enero a marzo. La gran misión de la compañía sevillana es llegar a un acuerdo para no tener que entrar en concurso de acreedores a finales de marzo. Pero al menos una parte de las entidades financieras aboga por llevar a la empresa al concurso, incluso antes de que se cumpla el plazo de cuatro meses. La tutela judicial y el hecho de que el dinero nuevo en concurso de acreedores gozará casi sin lugar a dudas de prioridad en el cobro en caso de liquidación son los dos argumentos que maneja la banca. “El 50% del dinero nuevo se situaría instantáneamente al principio de la lista de prelación sin necesidad de garantías”, señala un experto concursal.

Fuentes conocedoras de las negociaciones indican también que con el concurso de acreedores, que debería ser a instancias de la propia compañía, se aceleraría la salida de directivos incómodos en las negociaciones con los bancos acreedores. La dimisión de Santiago Seage, que ahora dirige la filial Yield, ya contribuyó a relajar las relaciones. “El objetivo ahora es que los Benjumea pierdan cualquier tipo de control sobre la compañía”, señalan las mismas fuentes.

“El concurso de acreedores no significa el final de Abengoa; al contrario, se debe interpretar como el mejor escenario para encontrar una solución. Se redimensionará el tamaño de Abengoa y los negocios se centrarán en los más rentables”, señalan desde el entorno de la compañía. El canje por acciones de una parte de los 20.000 millones de la deuda, según los cálculos iniciales, será otra de las patas del plan de rescate. Una parte de las entidades es partidaria de activar la protección jurídica completa de la ley concursal a inicios del próximo año, en lugar de en el presente ejercicio.

Con ese aplazamiento, las entidades financieras consiguen dar una patada hacia delante a las provisiones que tendrán que ir realizando. Cuando un crédito es considerado en impago, algo que sucederá instantáneamente si se declara el concurso de acreedores, las entidades financieras tienen un plazo de 12 meses para provisionar el 100% de su exposición. Si el concurso se declara en enero y febrero, los resultados de 2015 no se verán dañados masivamente por las provisiones.

Colaterales y desinversiones para obtener liquidez

Las entidades financieras tratarán de entregar liquidez, al menos para el cortísimo plazo, a Abengoa. Pero, eso sí, le han pedido como condición inexcusable que aporte garantías. La gran joya de la multinacional andaluza continúa siendo su filial cotizada, Abengoa Yield. Cotiza en el Nasdaq y es de lejos su activo más líquido. La firma vale ahora unos 1.500 millones de dólares en Wall Street (unos 1.400 millones de euros), de los que el 47% son propiedad de la matriz. Es decir, tiene cerca de 700 millones de euros disponibles, si bien tendría que realizar un plan para ir realizando la desinversión y no malvender su filial más valiosa. Abengoa Yield, ahora dirigida por Seage, está de acuerdo en desvincularse por completo de su matriz, que la sacó a Bolsa de la mano de Citi y Merrill Lynch en junio del año pasado a 29 dólares por acción. Entonces vendió el 36%, pero posteriormente ha ido haciendo caja con las acciones. Es más, el fondo The Children’s Investment (TCI) tiene en prenda el 14% de Yield como garantía de un préstamo por unos 120 millones. Uno de los problemas que tiene Abengoa a la hora de aportar garantías de cara a la obtención de la liquidez es el cruce de intereses con otros acreedores, como los bonistas (con más de 4.400 millones de euros) o los proveedores, a los que debe unos 5.500 millones. Estos podrían aducir que se pone por delante a la banca en detrimento de ellos.

La liquidez podría llegar directamente de la desinversión de Abengoa en su filial o de alguno de los activos que tenía previsto colocar en el tramo final de este año. En el tercer trimestre de 2015 esperaba obtener unos 250 millones de euros de los activos que ya tenía a la venta: centrales de ciclo combinado, plantas solares y de bioetanol.

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