El yuan ya forma parte del grupo más selecto de divisas
En octubre de 2016 se producirá su entrada efectiva en la cesta de monedas del FMI Tendrá un peso del 10,92% en detrimento del euro, que pierde 6 puntos
El yuan ha entrado en el club más exclusivo del mercado de divisas. A partir de octubre de 2016, la moneda china se codeará en las reservas del Fondo Monetario Internacional con el dólar, el euro, la libra y el yen. La incorporación del yuan, también conocido como renminbi (RMB), se hizo oficial tras decidir Christine Lagarde, directora gerente de la institución, que “cumple todos los criterios existentes para ser incluida en la cesta”.
“Entrar en la canasta de monedas de reserva del FMI tiene implicaciones muy parecidas, a nivel de divisas, a las que tiene una empresa en España que entra en el Ibex 35”, explica Daniel López de Argumedo, analista de Finagentes Gestión, respecto a la trascendencia de la inclusión del yuan en el grupo de divisas con derechos especiales de giro (DEG).
Sin duda, se trata de un acontecimiento poco frecuente. La última vez que hubo movimiento entre los miembros que componen el grupo de divisas con las que el FMI calcula su moneda nominal fue en el 2000, cuando el euro sustituyó al franco francés y al marco alemán. En esta nueva composición, el yuan adquirirá un peso del 10,92% a costa principalmente del euro, que perderá seis puntos, del 37% al 30,9%. El dólar, por su parte, seguirá siendo la divisa de referencia, con un 41,7% de los DEG, mientras el yen y la libra bajan al 8,09% desde el 8,33%.
Pese a lo que pudiera parecer, la menor participación de la moneda comunitaria en la cesta de divisas del FMI en favor del yuan puede beneficiar a los diferentes países que conforman la zona euro. “Desde luego, negativo no es”, señala Ramón Morell, analista de Etxcapital. “Esto supondrá una ligera depreciación del euro con respecto al resto de divisas, algo que nos viene realmente bien de cara a las medidas que el jueves se van a impulsar desde el Banco Central Europeo”, explica.
Si en algo coinciden los expertos es en que la decisión del FMI supondrá un fuerte reconocimiento internacional y una mayor visibilidad para la moneda china. En cuanto a las implicaciones económicas y financieras de este acontecimiento, las posturas divergen sustancialmente.
Peter Wong, vicepresidente y director ejecutivo de HSBC considera que el reconocimiento por parte del FMI de la condición del yuan como moneda de reserva tiene profundas implicaciones a largo plazo para el papel de esta divisa en el sistema financiero internacional. “Muchos bancos centrales y administradores de reservas ya han invertido en activos en esta moneda y pensamos que la demanda de inversores en deuda soberana en renminbi continuará creciendo”, dice.
Además, Wong considera que la inclusión en la canasta de DEG también proporcionará una mayor confianza a las empresas e instituciones de todo el mundo para establecer comercio en yuanes, así como para invertir en activos denominados en esta moneda.
Una vez que esta medida sea efectiva, el comercio entre el yuan y otras divisas de la cesta del FMI no necesitará pasar por el dólar. “Esto es muy importante para, por ejemplo, las inversiones chinas en España”, explica Morell. “Hasta ahora era necesario recorrer el camino euro-dólar-yuan en los negocios. Con la posibilidad de cambiar diréctamente euros a yuanes, y viceversa, se ahorrará mucho tiempo y dinero”, comenta el experto.
Un análisis muy diferente extrae López de Argumedo, que señala que “China no tiene suficiente profundidad en sus mercados como para que esto tenga un efecto real. Su moneda estará liberalizada y su tipo de cambio estable, pero ¿en qué podemos a día de hoy materializar las inversiones en yuanes”.
Un espaldarazo a su economía
El gigante asiático inició el proceso histórico de internacionalización del yuan hace ya una década. “Las autoridades del continente se han volcado en promover la globalización de la utilización de la moneda china, mediante el fomento del crecimiento del mercado de capitales offshore, abriendo el mercado de capitales doméstico y liberalizando el mecanismo de tipos de interés” explica Wong.
La inclusión del yuan en la cesta de divisas supone un paso más en la integración de China en la economía global y un éxito diplomático del país asiático. Sin embargo, desde el punto de vista técnico, son muchos las críticas que ha recibido la decisión del FMI. “Es totalmente un gesto simbólico para reconocer la importancia de la economía china en el panorama global, pero definitivamente no cumple con los requisitos exigidos”, apunta Morell.
Para formar parte del grupo de divisas con derechos especiales de giro, la moneda a examen debe ser negociada ampliamente y libremente utilizada. El primer requisito lo supera con amplitud, toda vez que China es el mayor exportador del mundo y su divisa fue la segunda más usada en los intercambios comerciales el pasado mes de agosto, según el sistema de pagos Swift. Los principales reparos se encuentran relacionados con la segunda de las exigencias.
El yuan está actualmente sujeto a una banda de fluctuación fijada por el banco central y sigue sin ser convertible en la mayoría de las operaciones. Pese a todo, los analistas lo consideran una buena noticia, pues suponen que, con ello, las autoridades chinas adquieren un compromiso mayor a la hora de mantener la moneda estable y en un nivel razonable.