¿Qué aprendí en el MBA?
Seis graduados del máster en Administración de Empresas del IESE explican qué supuso para ellos cursar el programa, que cumple 50 años
El método de enseñanza del MBA del IESE te descolocaba, era algo totalmente nuevo que al comienzo te desarmaba por completo”. Antonio González-Adalid, consejero delegado de Cartera Industrial REA, recordaba así sus primeras sensaciones al cursar el máster en Administración de Empresas (MBA, por sus siglas en inglés) del IESE. Un curso que este año cumple su 50 aniversario, efeméride que celebró ayer en Barcelona, ante casi 200 alumnos, con el relato de seis antiguos estudiantes.
Un curso en constante evolución
Mucho ha cambiado la dimensión y y la planificación del MBA del IESE desde su primera edición, en 1966. Entonces fueron 27 graduados los que salieron con el diploma en las manos, todos ellos hombres, y la mitad, españoles.
En 2014, el número de graduados ha ascendido a 291, con un 84% de ellos procedentes de otros países, y un 26% de los alumnos eran mujeres.
El MBA se ha ido adaptando a las necesidades de las empresas y, por ejemplo, la mitad del programa se cursa en inglés, con el objetivo de abrir más oportunidades a los graduados. De la última promoción, el 78% decidió irse a trabajar fuera de España. Hoy, el MBA pone énfasis en materias que hace 50 años ni siquiera se barajaban.
Así, el 23% de los graduados entra en el sector de la consultoría estratégica, el 19%, en los servicios financieros, y el 11% en el comercio electrónico. Otros sectores que antes tenían más peso, como el inmobiliario, el turismo o el químico, no llegan hoy en día al 1% de ocupación.
González-Adalid, de la promoción de 1975, expuso cómo tuvo que enfrentarse entonces a un sistema de enseñanza totalmente diferente al que se vivía en la universidad. “En otros centros de estudios, el profesor proponía un problema y tú debías hallar la solución. Pero siempre sabiendo desde el comienzo qué era lo que había que resolver”. Sin embargo, en el IESE todo era diferente. “Te enfrentabas a una situación, pero no sabías si había un problema o si había varios. Ni cuántas soluciones había que encontrar”, apuntó.
Y parece que estos métodos revolucionarios no solo sorprendían en las aulas hace 40 años. Alejandro Beltrán, socio director de McKinsey & Company para Iberia, cursó el MBA en 1998. Narró cómo los métodos novedosos de este máster sacan al alumno de su zona de confort, para hacerle cuestionarse “absolutamente todo, enfrentarse a los problemas de manera diferente y salir reforzado de cualquier tesitura”. Al fin y al cabo, tal y como recordó Cristina de Parias, de la promoción de 1991, directora de España de BBVA y presidenta de Catalunya Caixa, “es muy útil que en tu proceso de formación aprendas a trabajar en las situaciones reales que te vas a encontrar en el día a día profesional”. Esta es la principal lección que, hoy en día, extraen estos ejecutivos de su paso por el IESE. “En tu rutina diaria nadie te dice cuál es la pregunta a resolver. Tienes que averiguarla tú, gestionar tus recursos y encontrar todas las soluciones posibles”, apuntó Beltrán, añadiendo que el máster del IESE prepara para una realidad.
Una coyuntura dominada por la globalidad. La mezcla de nacionalidades y culturas que los estudiantes encuentran en cada aula de la escuela de negocios es una parte fundamental de esta preparación. “Quizá hace unos años no se notaba tanto”, describió González-Adalid, pero hoy en día, “en cada plantilla de una gran empresa trabajan y colaboran empleados de diferentes países”.
Diversidad y liderazgo
En total, son 103 el número de nacionalidades de los alumnos que han cursado este MBA desde 1964. Tal y como relató Kristoff Puelinckx, fundador de Delta Partners, “relacionarte con gente de tantos países te hace darte cuenta de que no hay una respuesta estándar para ninguna de las situaciones a las que un ejecutivo se enfrenta en cada jornada”. Este directivo, de la promoción de 1996, explicó cómo la propia metodología del MBA fomenta y apuntala este debate. “Todos los que hemos cursado este máster hemos salido sabiendo que un problema tiene varios puntos de vista, y que conocerlos y trabajarlos hace posible encontrar una solución coherente a cada adversidad”.
El MBA pone también especial énfasis en el liderazgo y la organización de personas. “Es una auténtica fábrica de gestión de talento”, afirmó Cristina Badenes, socia de Meridia Capital.
Graduada en 1998, para ella la colaboración y el trabajo en equipo son dos pilares de este curso, de los que cualquier persona que haya pasado por él se acuerda en su vida profesional. Por su parte, Pablo Sagnier, socio de Egon Zehnder International, que cursó el MBA en 1990, resaltó otro de los aspectos que guardan todos los que han pasado por las aulas del IESE: “todos salimos con una red de contactos y de amigos totalmente útil en nuestro día a día como ejecutivos”.