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La aseguradora ha cambiado de arriba a abajo en 10 años

La gran mutación de Mutua Madrileña en cinco actos

Hace tan cuatro años el 71% de sus ventas eran en Madrid, ahora solo representan el 33% La compañía es la segunda mayor en seguros de no vida (autos, hogar, accidentes...)

Un camión de asistencia en carretera, junto a la sede de Mutua Madrileña.
Un camión de asistencia en carretera, junto a la sede de Mutua Madrileña.
Miguel Moreno Mendieta

Mutua Madrileña ha protagonizado una de las transformaciones empresariales más radicales que se han vivido en España durante la última década. Aunque ocho de los 10 últimos años se han desarrollado en un entorno económico y financiero tremendamente difícil, la aseguradora presidida por Ignacio Garralda ha logrado en este plazo diversificar sus fuentes de ingresos, esquivar la burbuja inmobiliaria, ampliar su presencia territorial, mantener un ritmo creciente de ingresos y beneficio y, desde el pasado jueves, contar con presencia internacional (con la entrada en el capital de la chilena Bci Seguros).

Reina de la Castellana, y del tenis

Mutua Madrileña sentó los cimientos para su expansión en el negocio inmobiliario, con la adquisición de algunos de los edificios más nobles del Paseo de la Castellana de Madrid. En 2006, la cartera inmobiliaria de la aseguradora tenían un valor 1.395 millones. Además, en 2007 promocionó la construcción de uno de los edificios más emblemáticos de la capital, la Torre Espacio, del complejo Cuatro Torres. Además, la compañía consiguió importantes plusvalías con participaciones en algunas de las grandes compañías del Ibex 35. como Santander, Colonial, ACS, Sacyr. A pesar de el poderío económico, la aseguradora era poco conocida fuera de Madrid, y del sector asegurador. Su primera gran apuesta por darse a conocer al gran público el patrocinio del equipo Renault de Formula 1, y del piloto Fernando Alonso. Su siguiente gran salto fue la organización del torneo de tenis Mutua Madrid Open.

Esta década prodigiosa se ha producido en cinco actos, que han llevado a una pequeña mutualidad especializada en seguros de automóviles en la ciudad de Madrid a convertirse en uno de los grandes jugadores del panorama nacional asegurador.

Primer acto

Fue en 2005 cuando Mutua Madrileña puso en marcha su diversificación territorial, con la apertura de delegaciones en La Coruña y Valencia. Desde entonces, la vocación por tener presencia en toda España se ha ido acrecentando. En 2010, todavía el 71,5% del negocio asegurador del grupo provenía de la Comunidad de Madrid. Cuatro años después, al cierre de 2014, el 66% de los ingresos por primas provenían de otras regiones del país.

Segundo acto

A partir de 2006, la Mutua comienza a entrar en nuevos segmentos de negocio. El primer paso se produjo con la adquisición de la firma de seguros de salud Aresa. Poco después tomo el 100% de Autoclub Repsol, para ofrecer un completo servicio de asistencia en carretera. En 2007 inició la comercialización de seguros de hogar. En paralelo, el brazo financiero del grupo, Mutuactivos, comenzó a cobrar protagonismo. Aunque fue creado originalmente para gestionar las inversiones de la aseguradora, fue abriendo sus fondos a terceros, y se ha convertido en una de las gestoras de activos más prestigiosas del país, con cerca de 5.000 millones de euros bajo gestión.

Tercer acto

En 2008 tomó las riendas del grupo Ignacio Garralda (antes ocupaba la vicepresidencia) y puso en marcha un ambicioso plan estratégico para el periodo 2009-2011. El desafío era máximo, puesto que el sector asegurador ya empezaba a sufrir las embestidas de la recesión económica, y la crisis financiera había golpeado el precio de la Bolsa y los bonos. Bajo su batuta, se puso en marcha estrategia comercial “SOY de la Mutua”, que otorgó una gran relevancia a la aseguradora. En 2011, cerró la operación que transformó por completo la dimensión de la compañía, y su forma de vender pólizas.

Cuarto acto

Mutua Madrileña cerró en enero de 2011 la mayor operación de la historia del seguro español. La compañía llegó a un acuerdo con La Caixa para adquirir el 50% de su filial de seguros generales, SegurCaixa Adeslas, convirtiéndose en accionista de control de la que también era la mayor aseguradora de salud de España. Mutua pactó un precio de 1.075 millones de euros, en una operación que incluía un acuerdo para la distribución en exclusiva y de forma indefinida de los productos de salud, hogar, autos y los restantes ramos de no vida, a través de las más de 5.400 oficinas de la red comercial de La Caixa’ (la mayor del país) y del resto de canales de distribución de la entidad, con una base de 10,5 millones de clientes.

Esta adquisición situó al grupo Mutua Madrileña como segundo grupo asegurador en los ramos de no vida. En 2014, Adeslas aportó un tercio de los 223 millones que Mutua obtuvo de beneficio.

Quinto acto

La última pieza que le faltaba a Ignacio Garralda en su estrategia de expansión de Mutua Madrileña era la compra de una filial en el extranjero. Desde 2012, varios directivos de la aseguradora han buscado en Latinoamérica un socio adecuado donde sentar las bases de su negocio internacional. Buscaban mercados estables, pero con potencial de crecimiento. Querían tomar una participación en una compañía bien gestionada y con prestigio. Desde el primer momento, buscaban entrar en algún país de Sudamérica de la mano de un socio local.

Aunque el lugar donde se centró la búsqueda inicial fue Colombia, Mutua ha acabado cerrando la operación en Chile, con la adquisición del 40% de Bci Seguros, la filial de bancaseguros del tercer grupo bancario del país andino.

Sobre la firma

Miguel Moreno Mendieta
(Madrid, 1979) es licenciado en Derecho y Economía por la Universidad Carlos III. También cursó el Máster de Periodismo de El País. Se incorporó al periódico Cinco Días en 2006, tras pasar por la web de El País y Mi cartera de Inversión. Escribe sobre el sector financiero, con un foco especial en fondos de inversión y los seguros.

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