Las turbulencias de Rolls-Royce
El cuarto profit warning de Rolls-Royce en un año y un 20% de caída en un día en el precio de la acción intensificarán la presión sobre la posoble ruptura en el fabricante de motores británico. En particular su segundo mayor accionista, el grupo inversor estadounidense ValueAct. Pero eso sería una reacción impulsiva que refleja a un problema que no va a mejorar solo porque la empresa esté en trozos. Rolls-Royce, con sus problemas, puede probablemente permanecer intacto.
La compañía con sede en Derby advirtió ayer a los inversores que el vuelo de 2016 será aún más duro de lo previsto. Las razones incluyen aviones corporativos que se quedan fuera de la moda y motores más antiguos. El consejero delegado Warren East se negó a dar una previsión detallada de beneficios antes de impuestos, pero aseguró que los endurecidos vientos en contra disminuirían los beneficios antes de impuestos en otros 350 millones de libras (unos 495 millones de euros) el año que viene. Esto cercena un tercio del anterior consenso de los analistas, según datos de Reuters Eikon.
Las acciones de Rolls han perdido un 54% en los últimos dos años, tiempo durante el cual el FTSE 100 solo ha caído un 7%. Una estructura empresarial diversificada –la empresa fabrica motores marinos y sistemas de energía, así como motores de aviación– es un factor menos importante que los errores estratégicos del pasado. La decisión de salir del mercado de los motores de corta distancia, ahora dominado por GE y Pratt & Whitney, fue desafortunada ya que el mercado está creciendo con fuerza. Un costoso cambio generacional en los motores de larga distancia recortará los ingresos, probablemente por un par de años. Por otra parte, la antigua gestión se dirigió tarde al problema de los crecientes costes de la compañía.
Incluso en el machacado precio de la acción de Rolls, una ruptura no tiene mucho sentido financiero. . Warren East ha prometido intensificar la reducción de costes y agilizar los procesos internos. Eso es menos llamativo que una ruptura, pero sigue siendo una trayectoria de vuelo más sabia.