La gran empresa toma conciencia de su impacto social
Las empresas han optado cada vez más por mejorar su transparencia y por tomar conciencia de su impacto en la sociedad. Las políticas conocidas como Responsabilidad Social Empresarial (RSE) ganan espacio en las agendas de las empresas.
En este contexto, la fundación Seres y la consultora Deloitte presentaron ayer en Madrid el II Informe del Impacto Social de las empresas. Un estudio en 68 grandes compañías españolas y extranjeras de sus políticas al respecto.
Se trata del segundo año consecutivo que la fundación, compuesta por más de un centenar de compañías, realiza este estudio. No es posible comparar la evolución, puesto que en esta ocasión han participado más firmas que en la anterior. Sin embargo, Francisco Román, presidente de Seres, apuntó que hay “estabilidad” y que no se trata de una “moda pasajera”.
El “pudor” de las compañías al comunicar
Un déficit de las empresas en materia de RSE se produce en lo referido a la comunicación y publicidad sobre estas iniciativas. Los autores del estudio realizado por Seres y Deloitte, coincidieron ayer en destacar que este problema ha dificultado la elaboración de los informes. “Hay que calificarlo y saber medirlo”, explicó Fernando Ruiz, presidente de Deloitte. “Se necesita un fomento de la información”. El directivo consideró que para seguir avanzando en RSE, se precisa “reflexionar” sobre el “impacto real” de las actuaciones.
Francisco Román, presidente de la fundación Seres, explicó que existe un cierto “pudor” por parte de las empresa a la hora de señalar las iniciativas de RSE que llevan a cabo. “Se considera una especie de exhibicionismo”, comentó.
Los responsables del informe explicaron en la presentación de ayer que las empresas tienen que quitarse este complejo y hablar de forma todavía más pública y transparente de estas materias. Apuntaron incluso a la necesidad de que esté presente en las juntas generales de accionistas, al igual que se ha avanzado en las normativas sobre buen gobierno corporativo.
Las empresas han invertido el 1,3% de sus beneficios en 2014 a esta materia, lo que los autores del estudio consideraron una cifra importante. Sin embargo, Román señaló que “este no debe ser el punto de partida”. Es decir, que el cálculo de la inversión no debe ser sobre los beneficios, sino que se tiene que incentivar que estén contemplados dentro de los presupuestos anuales de las empresas.
Entre las cifras que se extraen del estudio destaca que las empresas estudiadas invirtieron en conjunto 438 millones de euros a actividades RSE. Estas iniciativas han tenido un impacto directo sobre 11,7 millones de personas. “Existe un impacto real en la sociedad”, comentó Román.
“Hay que poner de manifiesto que es una actividad muy relevante, cada vez hay una demanda mayor por parte de la sociedad y de los propios empleados”, comentó Fernando Ruiz, presidente de Deloitte.
El estudio concluye, además, que el 70% de las empresas estudiadas, que representan el 20% del PIB nacional, han efectuado iniciativas de integración laboral. Estas empresas tienen una cuota de inserción del 6,3%. Más de 110.000 empleados de estas empresas participaron en iniciativas de voluntariado, y un 80% de las compañías incentivan este tipo de programas.
Cubrir necesidades
El 58% de los 5.500 proyectos realizados por estas compañías fueron destinados a cobertura de necesidades sociales. El 29% a empleo e integración laboral y el 13% restante a estrategias de formación para el empleo. El 57% de las iniciativas se desarrollaron en España y el 43% restante a proyectos internacionales. Además, el 43% de las iniciativas fueron para personas desfavorecidas, el 22% para desempleados, el 17% para población con discapacidad. El resto fueron para otros colectivos como la infancia o las mujeres víctimas de violencia de género.
Tanto el representante de Seres como el de Deloitte remarcaron que, además de tener impacto en la sociedad, este tipo de iniciativas y de actividades revierten de forma económica en las compañías. “El valor de las empresas cotizadas depende en un 80% de intangibles, y estas cuestiones ayudan”, afirmó Román. A ello, Ana Sanz, también representante de Seres, explicó que las políticas de RSE “son una inversión y no un gasto”, puesto que las empresas tienen un “retorno”.
Pese a que los responsables del informe mostraron su satisfacción con la situación de la RSE en España, coincidieron en señalar que queda recorrido para avanzar. “Nos queda mucho por hacer”, comentó Román en su intervención, “lo importante es la estabilidad en las políticas.
Fernando Ruiz, de Deloitte, señaló que el retraso que puede existir entre España y otros países se produce por la concepción social de que estas iniciativas tienen que salir de las administraciones públicas y no tanto de las empresas. “En el mundo anglosajón la visión social es totalmente distinta”, aseguró el presidente de la consultora. Ana Andueza, socia de Deloitte, remarcó que las políticas de RSE tienen que ser definidas “a largo plazo”.