BBVA ya no es un banco sistémico
BBVA fue ayer excluido de la lista de los bancos sistémicos más importantes del mundo de 2015. La decisión de su entrada en 2012 proviene del Banco de España y la de su salida, del BCE. En este listado se incluyen las entidades con un tamaño suficientemente grande como para que sus problemas de solvencia puedan hacer tambalear el sector, según la clasificación actualizada por el Consejo de Estabilidad Financiera (FSB). Solo Santander permanece en esta lista como banco español.
La salida de BBVA de la lista de bancos con importancia sistémica global, que publicó ayer el FSB sorprendió al mercado, aunque la entidad ya conocía la decisión del FSB desde hace unos días, pero no de forma oficial. El banco que preside Francisco González dejó de estar incluido en la lista de los 30 bancos más grandes del mundo, los conocidos como sistémicos globales, que se caracterizan por ser entidades de gran tamaño, por su importancia en el mercado y fuerte interconexión entre sí y con otros agentes financieros. De este modo, sus problemas pueden tener un fuerte impacto negativo sobre el sistema financiero internacional.
El FSB, junto con el Comité de Basilea, ha desarrollado reglas para reducir el riesgo de esos impactos negativos mediante exigencias adicionales de capital, regímenes de resolución adecuados y una supervisión más intensa.
BBVA explicó que tras salir de esta lista en la que se incluyen los mayores bancos sistémicos, dejará de estar sujeto al requerimiento del colchón de capital de los bancos de importancia sistémica mundial (G-SIB), y a la futura normativa de capacidad de absorción de pérdidas total (Total Loss Absorbing Capacity, TLAC), una propuesta que se va a publicar en los próximos días, y que en principio podría elevar el capital al 16% de los activos ponderados por riesgos (APR), como mínimo, ya que algunos supervisores son partidarios de elevarlo aún más, entre el 18% al 20%.
El banco español, no obstante, tiene previsto alcanzar el capital que le podría exigir la normativa TLAC, aunque no se le exija, puesto que ya estaba preparándose para su cumplimiento desde comienzos del presente ejercicio. Pese a su exclusión, BBVA continuará sujeto a otros requerimientos de regulación de capacidad de absorción de pérdidas, como el mínimo de fondos propios y pasivos elegibles (MERL, minimum requirement for own funds and eligible liabilities) en Europa.
Para que un banco sea designado G-SIB por el FSB debe superar un umbral cuantitativo basado en cinco categorías (tamaño, complejidad, interconexión, sustituibilidad y globalidad), baremos que nunca ha cumplido el banco español. También puede entrar en la lista por criterio cualitativo del supervisor. Es justo por este criterio por el que BBVA comenzó en 2012 a petición del Banco de España a integrar este listado. Ahora ha sido el BCE el supervisor que ha decidido su salida al considerar que es un banco que sigue sin cumplir los criterios cuantitativos, y su estructura y negocio están centrados en la banca minorista.
BBVA explicó en un comunicado que “la decisión es coherente” con la naturaleza del modelo de negocio de la entidad. BBVA recordó también que “aunque es un banco global con presencia en 31 países, cuenta con un modelo de banca minorista sencillo, con una gestión prudente del riesgo y con un perfil de riesgo bajo”, y añadió que “nunca ha superado el umbral cuantitativo y su entrada y salida de la lista se ha producido siempre por criterio del supervisor”.
BBVA no apareció en la primera lista publicada en el año 2011, aunque entre 2012 y 2014 fue incluido en la lista, de la que ahora ha salido, y en la que permanece otro español, Banco Santander. La lista seguirá estando formada por 30 entidades, al añadirse el China Construction Bank, que sustituye a BBVA. Estos bancos con importancia sistémica deben afrontar exigencias de capital suplementarias para cubrir el riesgo en el sistema por su tamaño. En esta lista sigue permaneciendo Banco Santander.
La entidad presidida por Ana Botín está encuadrada en la categoría de menor riesgo entre las cinco existentes, lo que supone que solamente debería asumir un recargo extra de capital del 1%, frente al suplemento del 3,5% exigido en el nivel de mayor riesgo.
El carácter sistémico también ha sido barajado por la UE a la hora de diseñar las aportaciones al fondo de rescate europeo.
El Consejo de Estabilidad Financiera es un grupo de trabajo creado a raíz de la crisis financiera de 2008. Comprende a bancos centrales, supervisores de mercados y responsables del tesoro público de los países del G20. Además de Santander, están otras entidades europeas como HSBC, Barclays, BNP Paribas, Deutsche Bank, Crédit Agricole, Nordea, Société Générale, ING y Unicredit.