El auge de la industria Halal española
La industria de la alimentación Halal está creciendo muy rápido. En 2013, los musulmanes gastaron 1,3 billones de dólares en alimentación y bebidas. De estos, un billón fue destinado por parte de los países miembros de la OIC a consumir alimentos Halal. Se espera que el gasto en alimentos crezca hasta los 2,5 billones de dólares en 2019 y represente un 21,2% del gasto mundial en alimentación y bebidas.
En España, octavo exportador mundial de productos agroalimentarios, el despegue de este mercado no ha pasado desapercibido. El incremento del poder adquisitivo de los cerca de 1.700 millones de musulmanes que habitan en nuestro planeta ha despertado el apetito de las empresas españolas por este segmento de mercado.
En la actualidad, el Instituto Halal cuenta con más de 300 empresas certificadas en nuestro país. El 95% pertenece al sector de la alimentación y bebidas, en su inmensa mayoría mataderos (72), y empresas de elaboración y distribución de productos cárnicos y embutidos (32). Por ello no resulta sorprendente que entre 2012 y 2014 más del 90% de las cerca de 380.000 toneladas de alimentos y bebidas Halal vendidas por las empresas certificadas, se concentren en cuatro productos cárnicos: pollo, vacuno, pavo y cordero. Entre 2012 y 2014 las ventas de alimentos y bebidas Halal se incrementaron cerca de un 40%, pasando de 103.000 toneladas en 2012 a 145.000 en 2014. Este crecimiento se produjo gracias al aumento de las ventas de los productos cárnicos más demandados por los musulmanes, como el pollo o el vacuno, cuyas ventas crecieron un 32% y un 45% respectivamente, y al de otros productos cada vez más solicitados, como el caprino, cuyas ventas rebasaron las 200 toneladas en 2012 para alcanzar las 1.743 en 2014 o el zumo de uva sin alcohol, cuyas ventas pasaron de unos discretos 600 kilogramos en 2012 a más de 2.000 toneladas en 2014.
Durante este mismo periodo las exportaciones de alimentos y bebidas Halal también manifestaron un importante crecimiento, incrementándose en más de un 82%, al pasar de 11.200 toneladas en 2012 a 20.500 en 2014.
Las exportaciones de nuestro producto estrella en el exterior, el bovino, aumentaron un 90% entre el 2012 y el 2014, pasando de 2.931 toneladas a más de 5.500 en 2014. Las de otros productos, como el pollo, el ovino y el caprino también aumentaron significativamente. Además, para satisfacer esta demanda creciente de alimentos y bebidas Halal españolas en el exterior, el número de empresas exportadoras certificadas por el Instituto Halal pasó de 33 en 2012 a 80 en 2014, mientras que el número de países a los que exportan pasó de 31 en 2012 a 53 en 2014.
Argelia fue el principal destino de los productos Halal exportados por las empresas certificadas en el año 2014, con un 52% del total exportado, mientras que Marruecos, con un 10% de la cuota, se situó como nuestro segundo socio comercial. Entre 2012 y 2014, Argelia incrementó la compra de nuestros productos en un 32%. Marruecos pasó de comprar 724 toneladas en 2012 a más de 2.400 en 2014; Kuwait, de 25 toneladas en 2012 a más de 976 en 2014 y Arabia Saudí, de 46 toneladas en 2012 a 1.496 en 2014. Entre los mercados europeos destacan dos: Francia, que representa un 8,5% de nuestras exportaciones Halal, y Reino Unido, con un 4%.
El deseo y necesidad de las sociedades musulmanas de acceder a productos Halal de calidad empuja a los consumidores a ser más exigentes, así como a los organismos de los países importadores, que están estableciendo medidas regulatorias y más mecanismos de control para asegurar la trazabilidad de la cadena alimentaria Halal.
La certificación Halal se erige como una herramienta de confianza y, por ello mismo, su concesión a industrias y establecimientos se lleva a cabo de acuerdo a un esquema reglamentariamente establecido y a una normativa Halal de referencia, en virtud de la cual estas últimas y sus productos se someten a auditorías, supervisiones, análisis, así como a otros mecanismos de vigilancia y control. La clave de la certificación Halal que otorga el Instituto Halal también se halla en que esta se rige por una marca de garantía de calidad protegida, cuyo uso y aplicación ha de someterse a evaluaciones rigurosas y constantes, al amparo y protección de la Ley Española de Patentes y Marcas. A esto hay que añadir que al tratarse de una certificación de tipo voluntario y compartir algunos de sus principios, objetivos y procedimientos, muchas de las empresas que se adentran en este segmento de mercado ya operan bajo unos estándares de calidad y seguridad bastante altos, en donde la formación, la prevención, la trazabilidad y la higiene son fundamentales, permitiendo una consolidación de la marca de garantía Halal como una seña más de identidad de la industria Halal española.
Finalmente, no se puede ignorar el hecho de que la certificación Halal, además de ser de carácter técnico, también es de tipo religioso, con las implicaciones que esto conlleva. De ahí la importancia de que las empresas que desarrollan sus productos con vistas al mercado Halal, para cualquiera de sus sectores, alimentación, turismo o cosméticos, entre otros muchos, lo hagan respaldadas por la certificación Halal que otorga una entidad seria, acreditada y globalmente reconocida, con una base y trayectoria consumadas.
Tomás Guerrero es Investigador en el Instituto de Empresa y director de la oficina de Madrid del Instituto Halal.
Muhammad Escudero es director del departamento de certificación del Instituto Halal.