La Generalitat dice que no puede pagar a las farmacias
El Servicio Catalán de la Salud ha comunicado al Consejo del Colegio de Farmacéuticos de Cataluña que ya no dispone de más dinero para pagar medicamentos hasta que llegue alguna aportación extraordinaria, con lo que incrementará su deuda con las farmacias a más de 330 millones de euros.
Los farmacéuticos catalanes han encajado el anuncio con enfado puesto que esperaban que, con la recuperación de la crisis económica, este año fuera mejor que los anteriores, pero han sufrido “una mayor inestabilidad” en los pagos de la Generalitat, que ya estaba pagando los medicamentos a 90 días respecto a la fecha de factura. Si, tal como se les ha anunciado, los farmacéuticos catalanes no cobran ninguna factura el próximo 5 de noviembre, la deuda superará los 330 millones de euros, correspondientes a los meses de julio (121,5 millones), agosto (100 millones) y septiembre (112,5 millones).
El presidente del Consejo de Colegios de Farmacéuticos de Cataluña, Jordi de Dalmases, ha denunciado en un comunicado “insensibilidad” y “falta de previsión” del gobierno catalán y han apelado a la “responsabilidad” de todas las administraciones. Las farmacias catalanas llevan cuatro años soportando retrasos por parte de la Generalitat en el pago de los medicamentos que dispensan y ahora lamentan que “lejos de mejorar con la anunciada salida de la crisis, la inestabilidad en el 2015 ha sido superior a la del año anterior”, según Dalmases.
Hasta ahora, el Servicio Catalán de Salud CatSalut pagaba los fármacos con 90 días de retraso respecto a la fecha de factura, pero con este nuevo agravamiento, los farmacéuticos no cobrarán los medicamentos que han dispensado hasta al menos 4 meses después.
El agravamiento se produce porque, según ha comunicado la Generalitat a los farmacéuticos, “se acabaron los fondos para pagar los medicamentos y no se podrá pagar ninguna factura más hasta la llegada de fondos de financiación extraordinarios”, ha explicado Dalmases. Ello significa que no cobrarán ninguna factura ni a fin de mes, que era cuando pagaban con la actual retraso, ni el próximo 5 de noviembre, fecha que marca el concierto para el pago de las facturas, con 35 días de margen respecto a la fecha de la facturación.
Así, la deuda con las farmacéuticas ascenderá a más de 330 millones sumando la factura pendiente de julio, agosto y septiembre, aunque los farmacéuticos han garantizado que este nuevo impago no afectará al suministro de medicamentos a los ciudadanos.
El presidente del Consejo de Colegios de Farmacéuticos de Cataluña ha denunciado “la falta de responsabilidad y compromiso” de las administraciones y han revelado que “la solución que apuntan desde el Govern llegaría con la habilitación de un FLA extraordinario para poder hacer frente a la deuda”.
Este fondo está pendiente de aprobación por parte de la Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos Económicos. Ante esta situación, que ya se dio el mes de abril, los farmacéuticos han reclamado “que se planifique adecuadamente con la elaboración de presupuestos realistas”.
“¿Es necesario llegar a límites de 3 y 4 meses de retraso para después volver atrás? ¿Y que esta situación se vuelva a repetir hasta 2 o 3 veces en un año?”, se ha preguntado Dalmases. “En un país donde presumimos de tener un sistema de salud de excelencia, es inexplicable que sean los profesionales sanitarios quienes deben garantizar el acceso a los medicamentos porque las administraciones no cumplen con sus responsabilidades”, ha denunciado Jordi de Dalmases.
Además de no haber cobrado nunca en plazo durante 4 años, en los últimos doce meses el volumen de facturas de medicamentos dispensados y sin pagar ha fluctuado hasta tres veces: en septiembre de 2014 pasó de 1 a 2 meses acumulados; en febrero, se agravó de 2 a 3; el mes de abril volvió a ser de dos meses después de la llegada de un FLA extraordinario, y con el impago de octubre, el 5 de noviembre de 2015 volverá a incrementarse hasta 3. Los farmacéuticos se quejan de que estas fluctuaciones no son nuevas, de hecho se producen desde 2011, pero lejos de mejorar, en 2015 han aumentado respecto al año anterior.