El lastre del ladrillo mina la rentabilidad de la banca
La mejora de la rentabilidad se ha convertido en el gran desafío del sector financiero español una vez cerrado el capítulo de la limpieza del balance de activos tóxicos. La rentabilidad sobre recursos propios (ROE) se ha reducido en 6,8 puntos básicos en los últimos seis años, hasta el 5,3% de cierre de 2014, principalmente por las mayores exigencias de capital que exigió aquel proceso. Pero los bajos niveles actuales, que no volverán a los niveles previos a la crisis, no se deben únicamente a un entorno de tipos de interés en casi cero que deterioran el margen de negocio ni a la escasa concesión de crédito. La herencia del ladrillo del largo proceso de reestructuración financiera continúa pesando gravemente sobre el ROE.
Según cálculos de AFI, el sector acumula 238.000 millones de euros de activos improductivos –entre crédito dudoso y activos adjudicados–, con nula rentabilidad y que consumen capital y provisiones. En definitiva, podrían estar reduciendo la rentabilidad anual del sector hasta en 5,4 puntos porcentuales.
AFI señala que estos activos incluso llegan a tener rentabilidad negativa, por los gastos de gestión y mantenimiento que requieren. Y calcula que si se vendiesen a valor neto contable –incluso obviando que algunos activos puedan estar contabilizados por encima del valor de mercado– y la liquidez obtenida se revirtiese en crédito a hogares y empresas, “el sector podría lograr anualmente una rentabilidad media del 3% y además se ahorraría las provisiones asociadas a los mismos, que estimamos en un 10% de su valor neto contable”. AFI añade que ese ahorro resultaría en unos 13.000 millones de euros, resultado de soltar por fin lastre de unos activos que aún representan el 8,8% del balance.
Expectativas modestas
La firma hace hincapié en que “para mejorar la rentabilidad será necesario acelerar la digestión de estos activos improductivos”. Si bien su estimación de mejora del ROE de la banca española para los próximos años no va más allá del 6% ó el 7%.
AFI también recuerda que si la caída del ROE en los últimos años no ha sido superior ha sido gracias al BCE, cuya política ha permitido abaratar el coste de financiación y generar elevadas plusvalías en la cartera de renta fija. Aun así, advierte que los beneficios del carry trade con esa cartera no van a repetirse y apunta que las plusvalías latentes de las carteras de renta fija han disminuido más del 50% en 2015 por las ventas ya realizadas y la valoración a precios de mercado. “Por tanto, el sector ha de buscar fuentes de rentabilidad recurrentes”, añade.