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Por fín vuelo directo Barcelona-Washington D.C.!

Desde que en julio de 1976 cogí por primera vez en mi vida un avión y crucé el Atlántico, nunca ha existido un vuelo directo de El Prat a Washington, D.C. En mis casi ochenta trayectos tranatlánticos entre España y la costa este de EEUU desde entonces, he tenido que hacer escala en Madrid, Londres, París u otras ciudades europeas o en Nueva York (JFK), Newark (NJ), Philadelphia antes de llegar a Washington, D.C.

United Airlines, desde de su fusión con Continental, ha apostado fuerte por las rutas entre el hub de Continental (aeropuerto de Newark, cerca de NY) y Madrid y Barcelona. Existen vuelos directos de Newark a Madrid y de Newark a Barcelona, y lógicamente en sentido inverso.

El próximo verano United Airlines estrenará un vuelo directo entre el ampliado aeropuerto de El Prat Barcelona y Dulles Airport en Washington, D.C. El Prat ya figura entre los diez primeros aeropuertos de Europa por volumen de pasajeros. Hay poca semejanza entre el actual El Prat con varias terminales y pistas y el pequeño edificio de la antigua y pequeña única terminal sin fingers y que requería autobuses para abordar aviones estacionados a bastante distancia.

Este año tuve el honor de conseguir la residencia permanente en Estados Unidos después de más de quince años de vida entre España y EEUU. Mi vida básicamente está en EEUU, pero animo a mis amigos catalanes a que visiten Washington -- ciudad con muchos atractivos -- y un vuelo directo pone las cosas más fáciles.

United Airlines apuesta por el vuelo directo porque cada vez más estadounidenses quieren visitar España y Cataluña. España batirá nuevamente en 2015 el récord de número de turistas que nos visitan anualmente -- más de 64 millones. Estamos en el segundo o tercer lugar del ránking mundial de turismo detrás de EEUU y Francia (depende si se mide por número de visitantes o su gasto). Muchos de los turistas que llegan a Barcelona de EEUU quieren además de visitar la capital catalana embarcar en cruceros. Las nuevas autoridades municipales de Barcelona harán bien en no perjudicar una de las mayores fuentes de ingresos de Barcelona y Cataluña.

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