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El usuario puede ahorrar 2.500 euros al año

Movilidad compartida para ganar calidad de vida

Muestra de la flota de vehículos para compartir de Bluemove.
Muestra de la flota de vehículos para compartir de Bluemove.

En junio, la Asociación Española de Car-Sharing (AECar-Sharing), o coche compartido en inglés, y que agrupa a las principales empresas del sector, presentó, de manos de su presidente, Pau Noy, sus propuestas ante el Congreso de los Diputados. “Se trata de una alternativa económica y sostenible para las necesidades de movilidad de cientos de miles de personas”, defendieron. De hecho, desde la asociación calculan que serán cerca de 70.000 usuarios a finales de 2016.

Los nuevos modelos de movilidad pasan por dejar atrás al coche particular, cuyo sistema implica costes fijos muy altos y costes variables bajos, para dar lugar a la flexibilidad. O lo que es lo mismo: pagar solo cuando se necesite. Cualquier residente del centro de una ciudad más o menos grande es potencial usuario de este tipo de servicio, pero es necesario también un cambio de mentalidad.

“Hay que preguntarse primero cuánto uso se da al vehículo particular”, dice Noy. Si la decisión está tomada y se pretende prescindir del coche, “es necesario también un replanteamiento de los hábitos de movilidad. Además del carsharing, conviene ser asiduo en otros medios de transporte público”, añade. Cuando se introduce un servicio de coche compartido en ciudades de más de 300.000 habitantes, los beneficios pueden ser incalculables: “Descongestionamos el tráfico en los centros urbanos, reducimos la contaminación, fomentamos otras redes de transporte público e incluso el uso del taxi”, explica el experto.

Se calcula que el usuario podría tener un ahorro de 2.500 euros al año (costes fijos y variables de un vehículo en propiedad) frente al coste promedio de 70 céntimos de euro por kilómetro del coche compartido. Y otra ventaja más: el carsharing permite adecuar el modelo a cada necesidad, porque ¿quién no ha necesitado alguna vez un maletero más espacioso en un momento concreto?

Algunas ciudades ya cuentan con empresas de flotas de coches compartidos y, poco a poco, comienza a ser una opción a tener en cuenta. Hoy circulan por las calles 630 vehículos en Madrid, Barcelona, Sevilla, Málaga o Bilbao. Y se espera el desembarco de otras nuevas compañías con autos 100% eléctricos.

Flotas como la de AlphaCity presentan soluciones específicas para empresas. “El servicio se complementaría al renting tradicional y ahorraría los costes de taxi de los empleados”, explican desde la propia compañía.

Pero compartir coche no es nada nuevo. Un reciente estudio del Foro de Movilidad de la empresa de renting Alphabet refleja que el 46% de los madrileños ha compartido en alguna ocasión. La diferencia es que ahora la tecnología permite hacerlo de forma más sencilla.

Jorge González-Iglesias, consejero delegado de la empresa Bluemove, explica que, “gracias a una aplicación móvil y en un radio de 400 metros, los usuarios pueden disfrutar de un vehículo con total libertad”. Ellos ya están presentes en Madrid, Sevilla y Málaga con una flota de 250 coches, el 15% eléctricos.

“Con el coche compartido te olvidas de todo y el ahorro es inmediato. Además, se sabe que por cada vehículo de carsharing son 20 menos rodando por las calles”, apunta el consejero. Su fórmula está en plena expansión y prevén un crecimiento del 150% en 2015 y una facturación de dos millones de euros.

Los servicios de carsharing se prestan, fundamentalmente, desde parkings públicos aunque, reivindica González-Iglesias, “nos gustaría la colaboración de los ayuntamientos para poder tener plazas de estacionamiento en la calle, algo que ahorraría tiempo al usuario y resultaría más visible”.

Las peticiones también son en cuanto a la denominación de este tipo de empresas, a caballo entre un alquiler de coche y el vehículo particular. De hecho, la Dirección General de Tráfico (DGT) ya trabaja en un distintivo específico para ellas.

Un Smart biplaza circula por la Gran Vía de Madrid.
Un Smart biplaza circula por la Gran Vía de Madrid.

Antes de final de año, por las calles de Madrid rodarán 500 vehículos Smart 100% eléctricos. Coches de dos plazas y tan pequeños que caben en casi cualquier hueco a la hora de aparcar.

Car2Go, presente en numerosas ciudades, pondrá en marcha este proyecto en la capital, el primero que llevan a cabo con una logística tan particular. “No contaremos con puntos de recarga fijos ni usaremos los ya disponibles. Tendremos estaciones móviles para dar servicio a los vehículos”, explica David Bartolomé, director de desarrollo de negocio de Car2Go en España.“Tenemos buena relación con el ayuntamiento, pero no contamos con su ayuda directa. Nosotros no pedimos nada, ya que todo se adecúa a la normativa”, apunta el directivo. Y esto es, coches eléctricos que no pagan en las zonas de estacionamiento regulado, con su propia logística para recargar y el beneficio que aporta a Madrid es no emitir más gases contaminantes.

Car2Go ofrecerá servicio sin reserva previa, la apertura de los coches mediante la app del móvil y operará dentro de un área determinada (se estima que más allá de la M-30) para devolver el vehículo donde se desee dentro de esa zona.

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