La alimentación española atrae a distribuidores latinoamericanos
En la actualidad, pocos directivos de empresas de alimentación son ajenos a la necesidad de salir al extranjero. En este sentido la Federación de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB) ha invitado recientemente a importadores y distribuidores de Perú, México, Colombia y Chile a visitar el país y conocer a marcas españolas interesadas en acudir a esos mercados. Los cuatro países en conjunto importaron productos españoles por valor de 390 millones en 2014.
“Latinoamérica es, por cultura y lengua, un mercado afín a los alimentos españoles”, comenta Mauricio García de Quevedo, director general de FIAB. Señala que el conjunto del continente supone 885 millones de facturación para las marcas españolas. Sin embargo, en estas jornadas se han invitado a cuatro países que son “mercados prioritarios”.
Los empresarios latinoamericanos se reunieron con medio centenar de marcas españolas entre las que se encontraban Damm, Pascual, Cuétara o Campofrío. “Con estos encuentros intentamos potenciar el valor de los productos españoles en otros mercados, abriéndoles a nuevos nichos”, comenta el dirigente de la patronal.
En aumento
México es el país participante en estas jornadas que más producto español importa cada año. En 2014 las empresas de aquí facturaron 222 millones en aquel mercado, con una subida del 6%. Sin embargo, el resto de participantes, que facturan menos, crecen a ritmos muy superiores. Colombia, por su lado, importó por valor de 60 millones, con un aumento del 30%. Chile compró productos españoles por 66 millones, un 26% más. Y Perú adquirió alimentos por 29 millones un 19% más.
“Los productos españoles son considerados de muy buena calidad y con tradiciones”, comenta Tomás García, representante de la cadena de alimentación gourmet chilena Bética. Los productos españoles ocupan un rango premium dentro del mercado latinoamericano, lo que se traduce por lo general en un espectro de precios medio-alto. Sin embargo, según García, “hay nichos por cubrir para impulsar las ventas en volúmenes, como productos de consumo masivo”.
En estos mercados los productos españoles tienen “muy buena imagen”, como afirma Íñigo López, del Grupo Idea mexicano. “Lo que se reconoce es su origen” y no tanto su imagen, como apunta el directivo. En este sentido, García, de la chilena Bética, reconoce que “la notoriedad de las marcas tiene todavía mucho recorrido”.
Apertura a la hostelería
Los acuerdos con distribuidores ayudan a dar un reconocimiento mayor a las marcas, lo que puede ayudar a dar un salto a otros canales como el de la hostelería. “Estar en el supermercado es una vitrina para lograr una presencia mayor en el país”, comenta Grgicevic Dabor, de la cadena peruana Tottus.
García de Quevedo asegura que en Latinoamérica se valora la “cultura gastronómica” de España. Esto se traduce en que los productos más demandados sea el jamón, el vino y los aceites. “Los más demandados son los más emblemáticos”, comenta Dabor, de Tottus. Pero cada país tiene sus peculiaridades y, por ejemplo, en México triunfan los licores españoles, o en Chile el chocolate.
En estos encuentros, los empresarios han podido conocer además los centros productivos y los procesos llevados por las empresas alimentarias españolas. “Nos da confianza y nos genera posibilidades de cara a la argumentación en la venta”, considera el empresario chileno. Desde el punto de vista de las empresas españolas “resultan muy útiles estas iniciativas promocionales, que les ayudan a buscar socios comerciales”, comenta García de Quevedo.
EE U, Japón y China, los próximos invitados
La patronal de la alimentación, FIAB, viene desde hace tiempo impulsando este tipo de proyectos que unen a empresas españolas con importadores y distribuidores de otros mercados. Antes del verano fue el turno de Hyundai, la cadena de grandes almacenes coreana que buscaba productos para sus lineales premium.
“Estos encuentros cuentan con una valoración positiva de los participantes porque facilitan el conocimiento de primera mano de los productos y de los procesos de exportación” asegura Mauricio García de Quevedo, director general de FIAB. “Este ejercicio ya hemos programado diez actividades de este tipo con empresarios canadienses, europeos o incluso africanos”, comenta.
Los próximos destinos seleccionados por la patronal para continuar con estos encuentros son nuevos mercados europeos, así como Japón, China, Estados Unidos o Corea del Sur. “Buscamos mejorar la imagen y el valor del producto exportado, cuidando la percepción que se proyecta en el exterior”, defiende García de Quevedo.
En un contexto de caída del consumo en España la exportación ha sido un motor para volver a crecer en la industria española de alimentación y bebidas. Así, el año pasado se facturó en el exterior 24.018 millones de euros, lo que supone ya el 25% del total. Para 2020 se espera que esta porción de ventas que se hacen en otros países alcance el 35%. La patronal está volcada en lograr que las empresas españolas salgan al extranjero para lidiar con un mercado ya maduro en España. La atomización empresarial en el sector y que durante años se ha tendido a vender productos a granel y sin valor añadido, han sido los lastres de la industria.