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Steve Wozniak, cofundador de Apple

“No me interesa mezclarme con gente como Zuckerberg”

Fundó Apple con su amigo Steve Jobs para crear el primer ordenador personal Antes intentó poner ese proyecto en marcha en su empresa, HP. Sus jefes se negaron

Manuel Casamayón
Manuel G. Pascual

Firma autógrafos como una estrella del rock. Le acompaña un séquito digno de un primer ministro. Sus intervenciones públicas son tan reverenciadas como las de un líder religioso. Pero él solo es “un ingeniero, un inventor”. Steve Wozniak (Sunnyvale, California, EE UU) fundó Apple junto a Steve Jobs en 1976. Su mente proyectó el primer ordenador personal de la historia que llegó a las tiendas, el Apple II. También introdujo la resolución a color en la informática, toda una revolución para la época. Se desvinculó de la que hoy es la mayor compañía del mundo en los años ochenta, aunque reservándose una cantidad desconocida de acciones que le permiten desde entonces vivir sin preocupaciones financieras.

El mago de Woz (así se le conoce en su país) fue uno de los ponentes estrella del World Business Forum, celebrado el lunes y el martes en Madrid. Wozniak atendió a CincoDías poco después de su intervención. “Si no le importa, me quitaré los zapatos. El dedo gordo me está matando”, dice este gurú de la tecnología con la naturalidad de un niño.

"Espero que algún día Apple abra su sistema para que pueda compartir información con otros dispositivos"

Hace dos años dijo en España que confiaba en que los productos Apple pudieran ser compatibles con Android. No parece que eso vaya a suceder.

Espero que algún día Apple abra su sistema para que sea compatible con otros dispositivos. Lo cierto es que Apple se ha esforzado mucho en convertirse en una gran compañía, y para llegar hasta ahí ha cerrado el sistema operativo de sus productos. Entiendo que ahora les dé miedo abrirse. Pero en otros momentos de la historia de la empresa se ha hecho: con el iPod, se abrió iTunes a Windows y fue un gran éxito. Se podría hacer, por ejemplo, con iMessage, del iPhone.

¿Se parece la actual Apple a lo que usted esperaba que llegase a ser?

Sí. Queríamos que fuera una multinacional de referencia basada en la excelencia informática. Por supuesto, no podíamos ni imaginar cómo sería la sociedad de hoy ni hacia dónde evolucionaría la tecnología. Las apps están cambiando el mundo.

¿Qué opina de la nueva tableta iPad Pro?

"El Apple Watch me gusta, pero no siempre me sirve para lo que quiero"

No se adapta a mis necesidades, pero tengo amigos diseñadores que aseguran que es muy útil.

Se dice que Steve Jobs no estaba de acuerdo en incorporar un lápiz al iPad...

Los tiempos cambian, y a veces las personas inteligentes no están de acuerdo con algo en un momento concreto y un tiempo después lo ven con buenos ojos. Steve era muy corporativo, en el sentido de defender lo que hacíamos y creer que lo que sacaba la competencia estaba mal. Era muy competitivo.

Manuel Casamayón

¿Qué le parece el Apple Watch? ¿Cree que acabará de arrancar?

Tengo uno y me gusta, aunque no siempre me sirve. Trato de usarlo solo con la voz, y no funciona como el Siri del iPhone. Creo que es un producto exitoso, ya que no veo demasiados competidores serios. Pero está empezando.

¿Teme que pueda quedarse en un capricho, como las Google Glass?

Las Google Glass eran demasiado caras para lo que hacían, que no estaba mal, pero mostraban lo que podía llegar a dar esa tecnología en el futuro. Me gustaba también la facilidad que brindaba para hacer fotos. Mucha gente cree que el Apple Watch es irrelevante, aunque en realidad nos permite usar el teléfono sin tener que sacarlo del bolsillo. Eso está muy bien.

Estos dispositivos eran impensables hace 15 años. ¿Con qué aparatos cree que nos sorprenderemos próximamente?

Lo que ha hecho posible todo esto es la reducción cada vez mayor del tamaño de la electrónica. Ahora mismo, dispositivos como el Apple Watch descansan en un chip principal. Si se sigue reduciendo el tamaño de los circuitos y microprocesadores y se logra aumentar su potencia, no sé hasta dónde llegaremos. Creo que no tardaremos mucho en poder disfrutar de las funcionalidades que ahora tiene el teléfono inteligente sin preocuparnos del espacio que ocupa y sin siquiera notar que lo llevamos encima. Y a ver qué pasa con las pantallas. A menudo sucede que las cosas que uno quiere hacer no funcionan con una pantalla tan pequeña como la del smartphone.

“Todavía está por ver si el ADN podrá alojar datos”

Hábleme de algún proyecto tecnológico reciente que le haya llamado la atención.

¿Le ha sucedido alguna vez que le preguntan algo cuya respuesta sabe que conoce, pero que no le sale en ese momento? Eso también pasa en el mundo digital. Hay grandes centros de datos que contienen enormes cantidades de información y en ciertos momentos tienen picos de altísima demanda. Por ejemplo, cuando muere un cantante y todo el mundo quiere repasar su biografía. Algunas empresas están trabajando para que en esos casos la información esté disponible automáticamente en varias localizaciones y fluya mejor.

Se empieza a hablar de posibles puntos de encuentro entre la informática y la biología. ¿Qué cree que puede salir de esa unión?

No soy un experto en el tema. ¿Se puede usar el ADN como un contenedor de información? Un dispositivo de almacenamiento de datos no solo guarda información, sino que debe sacarla cuando sea necesario con la rapidez adecuada. Todavía está por ver que eso se pueda conseguir usando organismos vivos.

Usted aprendió informática de forma autodidacta.

Sí, se podría decir que la disciplina estaba naciendo cuando yo era joven. Me entusiasmaba. Algunas de las cosas más importantes que aprendemos en la vida suceden fuera de las aulas.

Ahora los jóvenes informáticos pueden aprender casi cualquier cosa por internet. ¿La disponibilidad de tanta información les facilita las cosas? ¿O más bien hace más difícil que puedan destacar?

Creo que ya no es posible que una sola persona desarrolle algún proyecto interesante de verdad por sí misma. Eso requiere mucho trabajo y la concurrencia de muchas disciplinas. Pero estoy seguro de que seguirá habiendo gente que cree cosas increíbles.

Cuando coincide con emprendedores 2.0 como Mark Zuckerberg, fundador de Facebook, ¿qué tipo de consejos le piden?

Decidí hace mucho tiempo, incluso antes de empezar con Apple, que nunca sería un hombre de negocios, sino un ingeniero, un inventor de cosas que mereciesen la pena. Simplemente no me interesa mezclarme con gente como la que menciona. Son inteligentes y seguro que me gustarían como amigos, pero no tengo intención de entrar en esos círculos.

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Sobre la firma

Manuel G. Pascual
Es redactor de la sección de Tecnología. Sigue la actualidad de las grandes tecnológicas y las repercusiones de la era digital en la privacidad de los ciudadanos. Antes de incorporarse a EL PAÍS trabajó en Cinco Días y Retina.

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