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Informe del Foro Económico Mundial

España escala al puesto 33 en el índice global de competitividad

La posición competitiva de España
Carlos Cortinas

La dieta severa a la que se ha sometido la economía española parece estar dando sus frutos, al menos en cuanto a la apreciación de los organismos internacionales que tradicionalmente la calificaban como uno de los alumnos menos aplicados. La burbuja inmobiliaria y la fuerte subida de precios y salarios fueron solo algunos de los factores que provocaron que España perdiera competitividad frente al resto de socios económicos antes de que estallara la crisis. Una vez que lo hizo, España se encontró en desventaja y tuvo que realizar ajustes más profundos de los previstos inicialmente.

Y son precisamente esas reformas las que ha valorado el Foro Económico Mundial para situar a la economía española como la trigésimo tercera más competitiva del mundo. Una posición que, sin en principio parece que no está acorde con el peso en la economía mundial, refleja una importante mejora volviendo a lo perdido de 2009. Ese ejercicio también ocupó la misma posición y desde esa fecha emprendió una cuesta abajo que le llevó al puesto 42 en 2010, al 36 en 2011 y 2012 y al 35 en 2013 y 2014.

Otros datos

Índice global: Suiza, Singapur y EE UU ocupan el podio de las tres naciones más competitivas en el mundo, según el Foro Económico Mundial. El cambio más destacado se produce en Finlandia, que baja del cuarto al octavo puesto en un año.

Corrupción: El apartado dedicado a corrupción es uno en los que peor sale retratada España, en la posición 80 de 140 países, al mismo nivel de Bolivia o Irán.

El índice analiza once apartados diferentes en los que España ha mejorado con respecto al anterior ejercicio. La única excepción se ha producido, precisamente, en el apartado de infraestructuras, que es en el que mejor sale parado España, en la décima posición, una menos que en la anterior edición. Fuentes del Ejecutivo achacan este retroceso a las restricciones presupuestarias que ha sufrido el capítulo de la inversión en infraestructuras. Pese a los mínimos incrementos presupuestarios registrados en 2014 y 2015, la partida de la inversión en obra civil ha sido la más perjudicada en la senda de consolidación fiscal. En 2013, esa partida fue 15.167 millones, lo que suponía apenas un 1,48% del PIB, el nivel más bajo, como mínimo, desde 1964, ejercicio a partir del cual existen cifras comparables.

En el resto de capítulos mejora. Especialmente llamativos son los avances registrados en los tres capítulos en los que sale peor representada. Es el caso del desarrollo del mercado financiero (posición 77), eficiencia en el mercado laboral (92) y entorno macroeconómico (116). Y en esa mejora, aseguran esas mismas fuentes, ha tenido un peso muy importante la reforma del sistema financiero, la reforma laboral y la consolidación fiscal. El mayor avance se ha producido en el apartado del desarrollo del mercado financiero, en el que se ha pasado del puesto 97 en 2013, al 91 en 2014 y al 77 en 2015. Dentro de este apartado, el mayor crecimiento se produce en el caso de la confianza y la transparencia del sistema, donde la economía española escala al puesto 65.

También es significativo el avance en el mercado laboral. La reforma de 2012 y su posterior aplicación, con un importante número de medidas de flexibilidad para establecer el despido como última alternativa, ha provocado una subida en la clasificación pasando del 115 (2013) al 92 (2015).

El tercer capítulo en el que España ha crecido es el entorno macroeconómico, en el que se han ganado cinco puestos (del 121 al 116). La mejora se ha producido por la corrección de la inflación y del ahorro de los hogares, ya que la clasificación en el caso del déficit y la deuda pública es todavía más baja (ocupa el puesto 122 y 126 respectivamente).

El clima para hacer negocios también mejora

La publicación del informe del Foro Económico Mundial es un refrendo del estudio Doing Business, que elabora anualmente el Banco Mundial. En su última edición, hecha pública en octubre del pasado ejercicio (la próxima se hará el próximo mes) ya reflejaba una importante mejora al pasar del puesto 52 al 33, precisamente el mismo que ocupa en el índice de competitividad.

En 2004, fecha en la que el Banco Mundial empezó a realizar el ranking sobre los países del mundo que ofrecían mayores facilidades para abrir un negocio, en España eran necesarios 11 procedimientos diferentes y el plazo medio entre que se solicitaba y se abría el negocio era de 115 días.

Diez años después, esos plazos se recortaron drásticamente al ser necesarios tan solo 6 procesos y trece días para abrir un negocio. ¿Qué es lo que ha provocado ese avance? El Banco Mundial lo justifica por las reformas impulsadas en los dos últimos ejercicios (ley de emprendedores, ley concursal, ley de unidad de mercado o reforma financiera, entre otras) que han propiciado que España haya obtenido la mejor puntuación en los últimos años y haya terminado en el número 33 del ranking 2015. El pasado ejercicio acabó en el 52, aunque fuentes del Ministerio de Economía subrayan que ese avance “se ha producido por un cambio metodológico, a través del que se ha perfeccionado el análisis, lo que hace que la posición sea más realista porque está mejor medida”.

El Banco Mundial tiene en cuenta para su elaboración diez indicadores de clima de negocios, en los que España salía especialmente bien parada en tres de ellos (resolución de insolvencias, comercio, transfronterizo, pago de impuestos y protección a los inversores particulares).

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