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Pierre Rosenberg, Director emérito del Museo del Louvre

“La salvación de los museos está en las escuelas”

Especialista en arte pictórico moderno y miembro de la Academia Francesa de las Artes, la American Academy of Arts and Science y la Royal Academy de Londres, entre otras, Rosenberg está considerado como una eminiencia entre los conservadores de museos

Juan Lázaro
Manuel G. Pascual

Pocas personas conocen mejor los entresijos de los grandes museos como Pierre Rosenberg (París, 1936). Trabajó en el Louvre desde 1962 a 2001, los ocho últimos años como presidente y director del museo, del que hoy es director emérito. Y pese a su medio siglo de relación con el Louvre, reconoce que todavía tiene mucho que aprender de él. “El museo conserva una importante colección de esculturas griegas del siglo V a. C. , época en la que no soy especialista. Me tengo que sumergir en esa sección”, reconoce enarbolado en su inseparable bufanda roja. Rosenberg está de visita en Madrid por dos motivos: para dar una conferencia en CaixaForum Madrid, invitado por la Fundación Arte y Mecenazgo, que impulsa La Caixa, y para reunirse con profesores que participarán el año que viene en el Festival de Historia del Arte de Fontainebleau, que contará con España como invitado.

Pregunta. ¿Qué opina de los museos europeos de hoy en día?

Respuesta. Por un lado soy muy optimista. El Louvre tiene más de 10 millones de visitantes anuales. La gente sigue yendo a los museos. Por otra parte, tengo la sensación de que ya no están de moda. El público prefiere las exposiciones puntuales a las visitas heterodoxas a museos, en las que abundan los maestros antiguos. Hay una razón: ahora la gente necesita que le organicen temáticamente la visita. Ya no se lee la Biblia como antes, no se tienen conocimientos de mitología clásica, no se aprende latín ni griego... Es más fácil que el público se encuentre perdido en las salas de una pinacoteca. Las exposiciones son más sencillas en este sentido.

P. Y se tarda menos en verlas.

Es una pena que se esté perdiendo el gusto por dejarse llevar por el museo

R. Exacto. Hay exposiciones muy buenas, por supuesto. Pero ayudan mucho al público: se aporta información sobre la vida del artista, su contexto, sus contemporáneos, su obra... Resultan más fáciles de seguir. Es una pena que se esté perdiendo el gusto por dejarse llevar por el museo.

P. ¿Cree que su futuro corre peligro?

R. Su salvación solo depende de una sola cosa: la educación. En Francia ya no se enseña Historia del Arte en la escuela; en Italia se hizo durante años, por eso su interés es mayor que el de mis compatriotas. Y lo mismo sucede en España. Si en las escuelas no se aprende la obra de maestros como Velázquez, Goya o Picasso no se puede aspirar a que los museos sigan siendo lugares transitados.

P. ¿Cuáles son los elementos esenciales que debe tener una buena exposición?

R. Soy muy tradicional, así que me gustan las monográficas. Es gracioso porque el propio artista no ha visto nunca junta toda su obra y nosotros tenemos la oportunidad de hacerlo. Uno entiende mejor la obra de un artista si ve cómo ha evolucionado. Ahora está de moda hacer exposiciones pluridisciplinares. No tengo nada en contra de ello, pero puede liar al público.

P. El Louvre abrirá en las próximas fechas una filial en Abu Dhabi. ¿Qué le parece?

R. Ha habido mucha controversia en Francia sobre este tema. Yo estoy completamente a favor, sobre todo en países con culturas tan opuestas en muchos sentidos a la nuestra. Nos han venido a pedir ayuda para montar un museo y, sinceramente, creo que no tenemos ningún derecho a negarla.

P. ¿Hasta qué punto cree que pueden afectar las nuevas tecnologías a la relación entre el museo y el público?

R. La tecnología sin duda ha cambiado la manera de leer y de pensar. Pero, paradójicamente, esto le puede venir bien a los museos, porque es el lugar en el que ver los originales de todo lo que está circulando por internet. Eso tiene valor.

P. ¿Cree que deberían invertir más en tecnología?

R. Es más importante que se den a conocer en las escuelas. Cruzar la puerta de un museo no es sencillo. Hay estudios que indican que si un joven no ha visitado ninguno a los 20 años, no hay opciones de que lo vaya a hacer el resto de su vida. No sé cómo evolucionarán los museos, pero sí sé que buena parte de su futuro depende de la educación. Si las nuevas tecnologías pueden servir para que un 2% de quienes visitan un museo vuelvan a él será un gran éxito.

P. ¿Cree que el público se interesa más ahora en el arte contemporáneo?

R. Es muy atractivo para los jóvenes, desde luego. Aunque se tiende a pensar que es más fácil de entender que el clásico, cuando eso no es así. También creo que no se ha trabajado suficiente en construir puentes entre los museos dedicados a los viejos maestros y los que se enfocan en artistas contemporáneos.

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Sobre la firma

Manuel G. Pascual
Es redactor de la sección de Tecnología. Sigue la actualidad de las grandes tecnológicas y las repercusiones de la era digital en la privacidad de los ciudadanos. Antes de incorporarse a EL PAÍS trabajó en Cinco Días y Retina.

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