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Mejor ser temido que ser amado

Por Gerard Costa, profesor del departamento de Dirección de Marketing de ESADE Business & Law School

Ser temido y ser amado eran los conceptos que utilizaba Maquiavelo como estrategias alternativas para alcanzar el éxito, y quinientos años después, Joseph Nye acuñó el término ‘soft power’ [perfil blando] para reflejar esta segunda opción, que se ha convertido en la base del Marketing.

Nye, ex sub secretario de Defensa estadounidense, llegó a la conclusión de lo importante que era el ‘soft power’ al observar las relaciones de aquellas naciones que, en sus negociaciones, no ejercían su poder de forma coercitiva sino de otra, mucho más sutil. El ‘soft power’ es visto en diplomacia como la política de la disposición, la benevolencia y el apoyo y se desarrollado desde un la atracción, la seducción…: “En los seres humanos el ‘soft power’ descansa en las habilidades, la inteligencia emocional, la visión y la comunicación; en los estados, lo hace en la cultura, sus valores y sus políticas”.

El 'soft power' también ha llegado al mercado y se materializa en aquella habilidad de conseguir lo que quieres a través de la atracción y la persuasión. He aquí su advertencia: “El 'soft power' es un baile que necesita compañeros”

Llevemos ahora este concepto al mundo de la marca. Hoy en día, es muy difícil que las compañías puedan competir a nivel de ‘hard power’ o lo que es lo mismo, en fórmulas, materiales, calidad técnica…. La única manera de diferenciarse es en ‘soft’, las habilidades y, como antes hemos comentado, la persuasión… Quizá podamos incluso aplicar la cita del psicólogo Peter Cooper: “Una marca es como un huevo, con una dura cáscara fuera, y una suave yema en su interior”. Veamos algunos casos:

Retomemos la filosofía de Maquiavelo y pensemos en qué queremos ser, si temidos o amados…. Aunque para responder a estas preguntas debemos atenernos a los resultados; si no puedes ser ambas cosas, mejor la primera que la segunda. Al César lo que es del César.

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