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Empresas Vintage

El trago amargo caribeño de la fórmula secreta

Un doctor alemán afincado en Venezuela creó en 1824 Angostura, uno de los condimentos más apreciados en la coctelería

Javier García Ropero

La primera mitad del siglo XIX fue una época guerras, conquistas y libertadores. Europa y Latinoamérica fueron los principales escenarios de esas batallas. Estas requerían médicos, que tenían que ingeniárselas para idear medicinas y brebajes que, por un lado, curasen a los sufridos luchadores y, por otro, mantuviesen su ímpetu y sus energías. Los de mayor fama, cumplido su trabajo en el frente, llegaban a trasladarse a otros batallones para aplicar sus exitosas fórmulas.

Así le sucedió al doctor alemán Johann Gottlieb Benjamin Siegert. Un cirujano que, en 1815, participó en el bando prusiano de la batalla de Waterloo como sanitario. Acabada la guerra volvió a su trabajo, pero dicen que siempre le pudo el ansia de aventuras. Y en 1819, Luis López Méndez, un diplomático venezolano, le reclutó para las filas de Simón Bolívar, en su lucha por liberar Latinoamérica, junto a otro buen número de veteranos prusianos y británicos. Se estableció en la localidad de Angostura, llamada así por el estrechamiento del Río Orinoco al paso por ella, hoy conocida como Ciudad Bolívar.

Allí, Siegert, que era cirujano general del ejército bolivariano, encontró el entorno perfecto para dar rienda suelta a su interés por la botánica aplicada a la medicina. Así, mezclando cortezas aromáticas con hierbas locales, de más de una veintena de variedades y maceradas en alcohol al 90%, halló la receta de una bebida muy aromática, amarga, de novedoso sabor, y que mejoraba la digestión de los soldados.

Cronología

1824. El doctor Johann Gottlieb Benjamin Siegert halla en Venezuela una fórmula, a partir de hierbas y plantas maceradas en alcohol, para utilizarla con fines médicos en su puesto como cirujano general del ejército de Simón Bolívar.

1830. El doctor solo proporcionaba la bebida a pacientes y a su entorno más cercano. Ese año, ante la creciente demanda, decide fabricarlo en una destilería creada al efecto.

1875. El negocio se traslada a Trinidad yTobago, después de la muerte de Siegert. Sus hijos manejan entonces la gestión de Dr. J.G.B Siegert & Sons, el nombre de la empresa en la época.

1921. La compañía cambia su nombre a Angostura Bitters.

2007. Casi 190 años después de su creación, se introduce la primera novedad en la fórmula, y se crea una línea de producto con un toque anaranjado.

Siegert lo llamó “Amargo aromático”, y en principio, solo lo dio a probar a sus pacientes y su círculo más cercano. Pero el boca a boca hizo que empezara a venderlo y producirlo en masa a finales de la década. Con el tiempo se descubrió que ese desconocido brebaje, del que se ha mantenido siempre en secreto su composición exacta, servía como condimento de bebidas y comidas, reforzando su sabor aplicando apenas unas gotas. Hoy, 190 años después, es uno de los productos más apreciados en la coctelería, realzando los sabores y dando un toque amargo a las preparaciones más famosas, como el cuba libre, el mojito, o el Manhattan.

Pero los inicios no fueron muy rápidos. Según se dice, Siegert no tenía un gran interés en los aspectos empresariales de su hallazgo, por lo que las ventas no eran demasiado representativas durante la primera década. Fue un proceso lento. En 1831, el general británico James Edward Alexander publica la que está considerada la primera receta escrita de un cóctel, y en ella recomendaba un toque amargo. Un buen motivo para que Siegert hiciera llegar su Angostura a las islas británicas, aunque de una manera aislada. También lo llevó a Trinidad y Tobago, entonces ocupado por el ejército británico.

Esa cierta relajación hacia los negocios, y sus responsabilidades con el ejército venezolano, del que se retiró en 1850, hicieron que no fuera hasta 1862 cuando presentara y diera a probar la bebida en Londres, con su característica botella de 10 cl., en la que la etiqueta, en cuatro idiomas y con la firma de Siegert, llega hasta su cuello.

El motivo, cuenta la compañía en su web, fue la relajación caribeña. Alguien se dio cuenta de que uno de los recipientes llevaba una etiqueta demasiado grande, y los trabajadores dieron por sentado que alguien la arreglaría. No fue así, y la producción continuó, hasta que la opción más sencilla resultó ser dejarla con esa forma en lugar de cambiarla.

El doctor Siegert fallece en 1870, y sus hijos trasladan la empresa en 1875 a Trinidad y Tobago. Desde allí, la bebida empieza hacerse conocida en todo el mundo. En 1904, empieza a proveer a la corona Alemana y en 1907 al rey Alfonso XIII de España. El éxito es creciente en Europa, especialmente en Reino Unido, aunque en EEUU, una ley impide a bebidas como Angostura publicitar sus propiedades curativas, con lo que el negocio se resiente. En 1921, el nombre corporativo pasa a ser Angostura Bitters, dejando la denominación de Dr. J.G.B Siegert & Sons que utilizó desde su fundación.

Durante las siguientes décadas, la evolución del negocio va a la par del éxito de la cultura del cóctel, con un especial resurgimiento en los años 80. Hoy, se distribuye en 170 países dando su toque particular a cócteles de todo el mundo.

Una receta que se mantuvo invariable hasta 2007

Además del condimento creado por el doctor Johann Siegert, del cual se aplican unas gotas en cada preparación, la compañía amplió con el tiempo su variedad de oferta, fabricando rones de todos los tipos. Pero su línea de producto estrella, la Angostura, se mantuvo invariable desde su creación. La receta ha ido pasando de generación en generación de dirigentes de la compañía, que la han guardado con auténtico celo. Hoy, solo cuatro personas las conocen. Y no varió hasta 2007, cuando se lanzó la variedad de naranja en todo el mundo. Es la primera y, hasta la fecha, única innovación que ha sufrido la bebida, que mantiene su toque místico.

Sobre la firma

Javier García Ropero
Redactor de la sección de empresas, especializado en distribución, gran consumo y economía del deporte. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y Especialista en información económica de la UIMP. Desarrolla su carrera en CincoDías desde 2011 tras haber pasado por El Mundo y Vocento.

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