El Ibex se despide de nuevo de los 10.000 por culpa de China
La Bolsa ha comenzado el mes de septiembre bajo el signo de la incertidumbre china. Las dudas sobre el gigante asiático han sido desencadenante para un agosto turbulento, que se ha saldado con la mayor caída mensual para el Ibex desde el rescate de Bankia, en mayo de 2012.
Aunque son numerosas las voces que advierten de que no hay riesgo de recesión a escala global, con epicentro en China, cualquier indicador que llega de esta economía tiene la virtud de agitar el ánimo de los inversores y convertirse en excusa para vender.
Tras el cierre en rojo intenso de las Bolsas europeas, las del otro lado del Atlántico tampoco han dado tregua, con caídas cercanas al 3% en todos sus índices. El Dow Jones cayó un 2,84%, el Standard & Poor's, un 2,96%; y el Nasdaq, un 2,94%. Este cierre en negativo en Wall Street –ni en un solo momento los índices han conseguido remontar el vuelo– anticipa una apertura complicada el miércoles en el Viejo Continente.
Ya no es solo que los datos conocidos en la segunda mayor economía del mundo continúen sembrando las dudas, tampoco los de la primera, Estados Unidos, han aplacado los miedos de los inversores. El ISM manufacturero cayó en agosto hasta 51,1, desde 52,7 de julio y por debajo de los 52,6 que esperaba el consenso recopilado por Bloomberg.
Total, malos datos en Chino, malos también en EE UU y volúmenes bajos –todavía propios de la época estival– han vuelto a provocar un cóctel explosivo que zarandea la renta variable de todo el planeta.
Pekín anunció hoy un dato de actividad manufacturera en agosto capaz de debilitar de nuevo a las Bolsas internacionales. En concreto el dato del PMI manufacturero de China bajó en agosto a 47,3 puntos, desde los 47,8 de julio, en la que es la peor cifra desde marzo de 2009, en plena resaca global tras la quiebra de Lehman Brothers. Son ya seis meses consecutivos por debajo de los 50 puntos, el umbral que separa la expansión de la economía de la contracción, lo que ayer fue visto como un nuevo argumento con el que alimentar las dudas sobre el gigante asiático.
El Ibex perdió el 2,59% en su primera sesión del mes y se ha vuelto a despedir de los 10.000 puntos, al cerrar en los 9.992,8, de nuevo aproximándose al mínimo al que había retrocedido en agosto, de 9.756,6 puntos. El selectivo llegó a caer el 3,3% en los peores momentos de la sesión. Todos los valores del Ibex han cerrado en negativo, a excepción de Sacyr, que ha logrado mantenerse al alza gracias al regreso al pago de dividendo y ha ganado el 1,47%. El más castigado ha sido Abengoa (--5,42%), seguido de FCC y Acerinox, con caídas del 4,77% y 4,63%.
El cierre en negativo de las Bolsas asiáticas ya auguraba una nueva jornada de ventas en los parqués occidentales, que se terminó de confirmar con la apertura en rojo de Wall Street. Los intentos de las autoridades chinas siguen sin bastar para frenar esta tendencia, después de que el Banco Popular de China inyectara en el mercado interbancario otros 21.000 millones de euros. Más liquidez que no logra incentivar las compras.
El sector más castigado –con un descenso del 5,33%– fue el de materias primas, el más sensible al ritmo de actividad de la economía china. El descenso del petróleo, que en otros tiempos era claro motor para las subidas, también pesó hoy sobre los índices.
El precio del crudo había sumado un rally del 25% en tres días, después de revalidar mínimos de 2009 en el mes de agosto. El Brent se había disparado desde los 43,14 dólares del miércoles pasado a los 54,15 dólares de ayer.
Pero la caída de hoy parece rebajar a espejismo ese rápido avance. El precio del Brent cae el 6,7%, de nuevo en los 50 dólares y el West Texas corrige otro 6,6%. Para City, ese rally estaba condenado de debilitarse y “ha estado más motivado por los sentimientos que por la realidad”. El banco no descarta incluso nuevos mínimos del crudo este año, sin que vaya a cambiar en exceso el escenario de sobreproducción y débil demanda, y atribuye el último avance al cierre de posiciones cortas.
El retroceso del crudo ya se ha llevado por delante a la economía de Canadá, que entró en recesión en el segundo trimestre con una caída del PIB del 0,1%.