En busca de la mejor cantera de ingenieros del motor
Las empresas ven en la Formula Student, donde estudiantes crean y financian sus bólidos, una fuente para captar talento.
Como si de una escudería de Fórmula 1 se tratase, aunque con 1.500 veces menos de presupuesto. Así trabajan los 1.700 estudiantes universitarios que compiten, a través de 68 equipos de 13 países diferentes, en la Fórmula Student Spain, que hasta el domingo se disputa en el Circuito de Catalunya, en Montmeló (Barcelona). Pero no gana el más rápido, sino el que ha hecho el mejor trabajo, técnico y teórico, en el último año.
En ese tiempo, los 25 integrantes de cada equipo han tenido que dar forma a todo un proyecto empresarial desde cero. Deben realizar un diseño previo, elaborar un plan de negocio y una estrategia de marketing, como si trabajasen en un encargo para una marca automovilística. Después, han de dar forma al proyecto y convertir los diseños en un monoplaza de verdad, buscando los recursos económicos por su cuenta. Y durante esta semana, hacer una ponencia teórica del proyecto y demostrar las capacidades técnicas del coche.
Gestión, técnica e iniciativa se unen en un proyecto que pone a prueba los conocimientos de los estudiantes:“Es como una asignatura a lo grande, que forma a los ingenieros de cara a lo que se van a encontrar en el futuro”, afirma Francesc González, director de la competición, quien considera que la formación universitaria en ingeniería es demasiado teórica:“hace falta más práctica, y en España aún hay un camino por recorrer infinito en ese sentido”. En esta edición son 18 las universidades del país que participan, un número que poco a poco ha ido creciendo. “Queremos subir hasta 30 a medio plazo. El objetivo es potenciar el nivel de nuestras universidades”, expone González.
Pero la gran oportunidad es para los propios estudiantes. Como añade Francesc González, patrocinadores del evento y otras empresas del sector del motor y componentes miran con atención la labor de los jóvenes. “Los estudiantes que participan tardan menos de seis meses en encontrar trabajo al acabar la carrera. Las empresas alemanas ven aquí un caladero de ingenieros”. Uno de ellos es Guillem Penalva, mánager del equipo UPC ecoRacing. Encabeza a 25 estudiantes del campus de Terrassa de la Universidad Politécnica de Cataluña: ingenieros industriales, aeronáuticos, eléctricos...“un poco de todo”, afirma. Para jóvenes como él, “es una oportunidad enorme, y el aprendizaje es brutal. Los estudiantes que han estado en el equipo en otros años ya están trabajando”.
Un equipo como el suyo cuenta con un presupuesto total de 200.000 euros. Ahí entra tanto el desarrollo del bólido como los desplazamientos a otras competiciones. “Todo lo gestionamos nosotros, y por suerte hemos encontrado a más de 50 empresas que nos ayudan, con dinero y con materiales”. El apoyo de la UPC ha ido creciendo con el paso del tiempo, aunque reconoce que proyectos como éste parten de la iniciativa de los estudiantes:“la parte práctica no se enseña, y si quieres aprenderla tienes que hacerlo por tu cuenta o con expertos”. Aquí las universidades alemanas son mayoría, con 32, y más poderosas: “Un equipo alemán o suizo tiene un presupuesto de medio millón de euros. No podemos competir con ellos en lo técnico, por eso trabajamos muchísimo en la teórica y en hacer un coche que tenga una buena relación de costes”. Los ganadores, el domingo.
Una banco de pruebas a pequeña escala
La Fórmula Student, además de representar una importante oportunidad educativa y laboral para los ingenieros en formación, es también un banco de pruebas en miniatura para la automoción. En una época en la que se discute sobre el potencial de los coches eléctricos, 36 de los 68 equipos presentan monoplazas con este tipo de motorización.
Uno de ellos, el UPC ecoRacing:“Creemos que va a ser el futuro del automóvil. Antes ya habíamos hecho un coche híbrido, aunque el eléctrico es más complejo”. El hecho de que los estudiantes trabajen con monoplazas no significa que el objetivo de la Fórmula Student sea formar ingenieros para las competiciones del motor, aunque como afirma su director, Francesc González, también es una buena cantera:“al menos hay un ingeniero que ha pasado por aquí que trabaja en Fórmula 1, y otros cuatro o cinco en otras competiciones. Y por supuesto, muchos más en la industria”. Seat, por ejemplo, lo tiene como una de sus principales fuentes de captación de talento.