Un sofisticado plan para un domingo por la mañana
El ambiente es relajado, de lo que se trata es de disfrutar de un amplio repertorio de platos Un pianista acompaña con su música esta primera comidadel día
Tomar el brunch siempre ha sido un gesto exquisito, pero cada vez es más habitual que el desayuno del domingo se retrase en la mañana, y el almuerzo se adelante. Esa mezcla de breakfast (desayuno) y de lunch (almuerzo) es el brunch, que en los países anglosajones se toma entre las 10 y las 13 horas, y aquí en España entre las 11.30 y las 16 horas. Uno de los más exclusivos lo sirve, desde hace más de dos décadas, el hotel Ritz de Madrid, que fue pionero en ofrecer un brunch los domingos.
En verano se sirve en la terraza, un elegante oasis en medio de la ciudad, amenizada por el pianista del hotel. Conviene advertir que la etiqueta en el Ritz se ha relajado en los últimos tiempos, y ya no es necesario acudir con chaqueta en el caso de los hombres.
El ambiente es relajado, de lo que se trata es de disfrutar de un amplio repertorio de platos, a capricho, y que varía en función de la temporada. El precio del menú pro persona es de 80 euros (IVA incluido), los niños hasta los seis años paga solo uno por cada dos adultos. Yde seis a 12 años, el precio es de 40 euros. Aquí están incluidas las bebidas (cava, vinos, refrescos, cafés e infusiones).
La terraza está llena de gente de todas las edades y condiciones, de clientes del hotel y de otros que solo han acudido a tomar este temprano almuerzo. Algunos leen el periódico, otros charlan..., porque de lo que se trata con esta fórmula es de disfrutar de una comida sin sobresaltos. Es como si el tiempo se detuviera y las prisas no existieran. Los camareros hablan en voz baja e invitan al cliente a levantarse y pasar a la zona donde están dispuestos los platos. Hay una zona comida caliente, otra de ensaladas, otra de bocados dulces, de quesos, bollería o embutidos. Y al igual que la figura del pianista, destaca otro profesional en el salón, el cortador de jamón, que durante horas estará llenando, sin descanso, platos de finas lonchas. Es lo que hace especial a este lugar, la dedicación y mimo del servicio.
Repertorio. En un amplio salón están repartidos los innumerables platos. No hay que perder los nervios.
Fríos. En el brunch del Ritz juegan con los productos según la temporada. Ahora es tiempo de frescor.
Arroz. No hay domingo sin paella, y aquí no podía faltar. Se echan de menos los típicos huevos Benedictine, pero a cambio hay dos variedades de arroz, con verduras y con carne. Dos potentes lámparas hacen que el plato siempre esté caliente.
Salón. La sensación es única, de lujo absoluto. La abundante comida, para todas las culturas, desde carpaccios, sushi o embutidos, está dispuesta de una manera elegante.
Oasis. La terraza del hotel Ritz es una de las más elegantes de Madrid, un auténtico vergel en pleno centro de la ciudad. En invierno, el brunch se sirve dentro.
Compañía. El cortador de jamón está siempre presente. Los platos siempre están llenos de ibérico recién loncheado.
Precio. El menú cuesta 80 euros (IVA y bebidas incluidos).
Detalles. Las mesas están vestidas con manteles de hilo blanco.