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Tribuna
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Las responsabilidades deben ampliarse

La necesidad de una mayor inversión en infraestructuras en Europa, así como el impacto económico positivo de estas inversiones, es algo ampliamente reconocido. Las estimaciones muestran que por cada euro que se destina a infraestructuras en la eurozona retornan 1,4 euros al PIB real de la región durante los siguientes tres años, lo que se traduce en que la inversión en infraestructuras tiene un efecto multiplicador de 1.4x.

Por este motivo, se han lanzado iniciativas para ayudar a promover la inversión en infraestructuras en Europa. El mayor exponente actualmente es el denominado plan Juncker de la Comisión Europea (CE), que pretende elevar las inversiones hasta 315.000 millones de euros durante los próximos tres años. Si bien este objetivo es ambicioso, existe ya un compromiso inicial de la UE de 16.000 millones de euros, junto con otros 5.000 millones del Banco Europeo de Inversiones (BEI), la mayor parte a través de garantías que aportará un importante incentivo para que los inversores privados incrementen sus inversiones. Para acelerar y potenciar el plan Juncker, la Comisión Europea se encuentra inmersa en la creación del Centro Asesor de Inversiones Europeas (EIAH, en sus siglas en inglés), un servicio gratuito que aportará asesoramiento experto, tanto al sector privado como al público, en la financiación de proyectos. La creación del EIAH es un punto de partida prometedor, pero en nuestra opinión la UE debería ser más ambicioso en las responsabilidad y competencias que se le van a asignar a este nuevo organismo.

El EIAH actuará como asesor en cuestiones relacionadas con las inversiones de infraestructuras dentro de la UE, un servicio especialmente útil para potenciales inversores sin experiencia previa en financiación de proyectos. El EIAH combinaría la experiencia de la CE, BEI, bancos nacionales de desarrollo y autoridades del European Structural and Investment Funds para aportar: asistencia técnica a administraciones públicas e inversores privados en la financiación de proyectos; conocimiento sobre los criterios de admisión de proyectos bajo la regulación del EFSI (European Fund for Strategic Investments); información local; y una plataforma para intercambiar información y compartir el know how del desarrollo de proyectos.

Creemos que la creación del EIAH es positiva y un comienzo prometedor, un organismo que proporcione asistencia y asesoramiento profesional sería clave para estimular y acelerar el grado de inversión previsto por el plan Juncker. No obstante, pensamos que las funciones de este centro de asesoramiento deberían ir más allá de las inicialmente definidas. Primero, prestar apoyo a la ejecución de proyectos y al control de calidad. La financiación de proyectos es un mercado especializado que requiere habilidades y conocimientos específicos; legales, de ingeniería, financieros y de aseguramiento. Un órgano asesor puede ayudar a las administraciones públicas a equilibrar correctamente la distribución del riesgo en los proyectos. Aunque los gobiernos estatales se encuentran cómodos en la financiación de proyectos, los gobiernos regionales no tienen tanta experiencia. Gobiernos locales, por ejemplo, pueden no estar preparados para licitar sus propios proyectos sin el apoyo de un asesor, cuyos intereses deben estar completamente alineados con el licitador.

Segundo, divulgar las mejores prácticas. El desarrollo de colaboraciones público-privadas (CCP) no tiene lugar todos los años, y algunas administraciones tienen más experiencia en determinados sectores. Un órgano europeo sería capaz de recopilar, almacenar y distribuir las mejores prácticas, con el objetivo de minimizar el riesgo de que se repitan errores.

Tercero, ofrecer asesoramiento y asistencia a los gobiernos europeos sobre planificación de infraestructuras. Actualmente, existe un amplio número de órganos gubernamentales, a nivel nacional y regional, que manejan planes de desarrollo de infraestructuras. Asimismo el horizonte de la planificación de infraestructuras debería cubrir la vida de los proyectos (veinte años o más) y no ser obstaculizado por motivos electorales. Una agencia independiente que asesorase a los gobiernos, así como a la Comisión Europea, en la planificación de infraestructuras podría en nuestro punto de vista incrementar la consistencia de las políticas públicas.

Cuarto, abogar por un marco regulatorio común. Un organismo europeo con un conocimiento y visión sobre la situación en toda la Unión Europea sería una pieza clave en este proceso. Este organismo desempeñaría su papel analizando, proponiendo e impulsando la estandarización a nivel europeo. Y quinto, actuar como un mediador imparcial. El nuevo órgano, con suficiente conocimiento e independencia, podría mediar en disputas que surjan entre los diferentes involucrados en inversiones de infraestructuras y energía. Su papel sería incluso más importante si la disputa se produjera entre el sector público y privado.

El EIAH cubre los dos primeros puntos antes mencionados. Asimismo, si se configurase el nuevo organismo como una agencia, podría tener atribuciones que de otro modo no serían posibles. La importancia del EIAH dentro del plan Juncker sugiere que dicho estatus sería importante para incentivar la inversión prevista en el plan dentro de los próximos tres años, así como para consolidar las inversiones en infraestructuras como una de las prioridades de la Unión Europea a largo plazo.

Michael Wilkins Director de infraestructuras y Gonzalo Cantabrana es Analista de infraestructuras. Standard & Poor’s.

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