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La ratio sobre el PIB bajará al 98,2%

La deuda cae por primera vez desde que estalló la crisis

Reloj en la fachada de la sede del Banco de España, en la Plaza de Cibeles en Madrid.
Reloj en la fachada de la sede del Banco de España, en la Plaza de Cibeles en Madrid. EFE

La carga de los intereses de la deuda seguirá pesando en el diseño de las cuentas públicas españolas del próximo año. Pero un poco menos que en ejercicios anteriores. Eso sí, el mantra de Mariano Rajoy y de su equipo económico, con Luis de Guindos y Cristóbal Montoro a la cabeza, consistente en que las reformas estructurales del país en la legislatura actual han sido claves para reducir la rentabilidad de la deuda pública, se compagina con más factores.

El tipo de interés del bono a 10 años rondaba el 7% en noviembre de 2011, cuando el Partido Popular ganó las elecciones. A unos meses de terminar su mandato, la deuda soberana a una década paga menos del 2% y el pasado marzo marcó un mínimo histórico del 1,14%. Pero sería injusto atribuir esta caída de los costes de financiación exclusivamente al trabajo del Ejecutivo.

El Banco Central Europeo (BCE) y su presidente, Mario Draghi, han tenido también mucho que ver. Los tipos están en mínimos históricos del 0,05% desde septiembre del año pasado y previsiblemente seguirán así al menos hasta 2017. El pasado marzo, además, el banquero italiano lanzó un plan de compra de deuda pública y privada de 60.000 millones de euros mensuales. Gracias a este programa, el coste de financiación de los países de la zona euro se ha reducido drásticamente. Pese a que cada año sigue habiendo más deuda –se ha de emitir más para cubrir la diferencia entre lo que se gasta y lo que se ingresa, el archifamoso déficit público– lo que se paga por ella sigue en caída libre.

En los Presupuestos de 2015 se preveía un gasto en intereses de 35.519 millones de euros. El Gobierno acertó casi totalmente, pues ahora la previsión actualizada para el presente ejercicio es de 35.490 millones. Para el próximo año, calcula que se gastarán 33.490 millones, un 5,6% menos. Esta cantidad representa el 9,5% de los gastos totales de los Presupuestos, frente al 10,2% de 2015. Esta reducción permite al Estado lograr la estabilidad “sin necesidad de medidas adicionales de reducción de gastos o de aumento de los recursos tributarios”,

También el principal termómetro de la salud financiera de un país, la ratio de deuda pública respecto al producto interior bruto (PIB) da muestras positivas por primera vez desde 2008. El Ejecutivo calcula que finalizará el presente ejercicio en el 98,7% del PIB y que bajará hasta el 98,2% el próximo año. Esta rebaja es posible por el crecimiento económico previsto, del 3% para 2016 –del 3,3% para 2015–, por la “intensa consolidación fiscal de las Administraciones públicas que se habrá llevado a cabo en estos dos ejercicios” y por un importante aspecto técnico: “A diferencia de lo ocurrido entre 2010 y 2013, esta ratio no se va a ver afectada por el impacto de instrumentos tales como el Fondo de Amortización del Déficit Eléctrico, el Fondo para la Financiación de los Pagos a Proveedores, los programas de asistencia financiera a Portugal e Irlanda y el préstamo para la recapitalización del sistema financiero español”, sentencia el Ministerio de Hacienda en la presentación de los Presupuestos del próximo ejercicio. La senda descendente de deuda frente a PIB continuará en los próximos años, con un objetivo del 96,5% para 2017 y del 93,2% para 2018.

A falta de que el Tesoro presente su estrategia de financiación, el Gobierno adelanta que en 2016 emitirá unos 231.200 millones de euros de deuda. De esta cantidad, unos 182.000 millones se utilizarán para amortizar vencimientos y los restantes 49.500 millones servirán para tapar el déficit público. Este quedará el próximo ejercicio en el 2,8% del PIB, frente al 4,2% del presente año.

La deuda soberana subirá por tanto hasta los 943.800 millones el próximo año, desde los 894.600 millones con los que concluirá el presente ejercicio y los 860.033 de cierre del pasado julio.

El Ejecutivo es bastante conservador en cuanto al tipo de interés que pagará el Tesoro. Aunque ayer el bono español a 10 años concluyó en el 1,95%, calcula que de media se situará en el 2,6%. En los Presupuestos de este año fijó el porcentaje en el 2,1%. Sitúa además el coste de la financiación a corto plazo –medido por el euríbor a tres meses– en el 0,0%, en línea con el rendimiento que el Tesoro ha pagado en las última subastas de letras. Precisamente, en tres de las colocaciones de tres meses el interés ha sido negativo;así ocurrió en la subasta del 21 de julio, cuando los inversores pagaron por prestar dinero a España un 0,051% de media.

Desde comienzo de año el Tesoro ha captado 95.200 millones de euros, el 67% de la previsión de emisión a medio y largo plazo para todo el año, fijada en 142.000 millones. El coste medio de la deuda del Estado emitida este año se situó en el 0,89% a 30 de junio de 2015, frente al 1,52% de diciembre de 2014.

El Tesoro seguirá sacando partido de los bajos tipos de interés a largo plazo y elevará la vida media de la deuda el próximo año. “Se estima que a finales de 2015 la vida media alcance el entorno de los 6,7 años y que en 2016 continúe la senda ascendente hasta el entorno de los 6,8 años”, señala el Ministerio de Hacienda en la presentación de los Presupuestos. En 2013, la cartera de deuda cerró con una vida media de 6,3 años y el año pasado, en 6,28 años.

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