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Columna
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El precio de Disneyland

 El año pasado, Disneyland París ofreció paquetes de diversión a 14 millones de visitantes. Este año quiere proporcionar una aventura más intelectual, una batalla entre la teoría económica y la fuerza combinada de los ideales europeos y el poder político.

Teóricamente, los vendedores de todos los artículos y servicios intentan obtener el máximo precio posible en un momento determinado. Los compradores, mientras tanto, tratan de pagar lo mínimo. El encuentro de ambas fuerzas, en teoría, dará el precio real, que será justo.

Los complejos turísticos de vacaciones, las aerolíneas y los hoteles han puesto a prueba esta teoría. Para ellos, un poco de beneficio es siempre mejor que nada, y saben que algunas personas están dispuestas a pagar más que otras. Esto da lugar a precios totalmente diferentes, según los factores personales y culturales obtenidos por los sistemas informáticos.

En Europa, la nacionalidad es uno de esos factores. Las preferencias de cada país y los calendarios escolares son diferentes. Así que Disneyland París ajusta sus tarifas de acuerdo a la práctica del bloque geográfico. Para una estancia idéntica, la web de Euro Disney puede ofrecer precios más altos en ordenadores alemanes que en los franceses, según Financial Times.

Para la Comisión, esta técnica viola el principio que sustenta el mercado único europeo, según el cual no hay fronteras nacionales. Euro Disney puede argumentar que, en este caso, el principio perjudica a los consumidores, cuyos comportamientos y deseos varían por país. Si hubiera un precio para todos, el parque estaría menos lleno y el coste medio por visitante sería más alto.

Las tarifas de Euro Disney son razonables, pero el operador del parque temático se enfrenta a dos obstáculos: el resentimiento popular, ya que los precios variables a veces parecen especulación injusta, y el poder político.

Disneyland París anuncia ahora una “oferta mágica para el verano” en la web británica. Puede que sea necesario un milagro para que la UE apruebe su política de precios por países.

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