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Cuándo ser autónomo y cuándo crear una sociedad

Es una decisión a tomar cuando montamos un negocio por nuestra cuenta. Hoy te aclaramos las diferencias entre uno y otro, así como los casos en los que es más conveniente apostar por una figura u otra.

empresa

Cuando decidimos montar un negocio o empezar una actividad laboral por nuestra cuenta uno de los primeros aspectos a decidir es si nos hacemos autónomos o creamos una sociedad. En este artículo queremos resolver las dudas en este sentido.

Según explican desde San Juan Abogados, la forma más sencilla de comenzar a emprender es a través de la figura de autónomo o empresario individual, ya que el número de trámites a realizar será menor. Estos consistirán en darse de alta en la Seguridad Social y en la Agencia Tributaria.

Algo más difícil resulta constituir una sociedad, sobre todo por los trámites que nos exige la administración. Entre otras cosas necesarias se encuentran conseguir la denominación social, abrir una cuenta bancaria y gastar al menos 3.000 euros en el capital social, que es la cantidad mínima. Los siguientes pasos nos llevarán a visitar a un notario con estos documentos y elevar a público tanto la escritura de constitución de la empresa como los estatutos. Ya para acabar será preciso registrarla en el Registro Mercantil.

Esa misma sociedad que acabamos de crear deberá dase de alta en la Agencia Tributaria y en la Seguridad Social al administrador como autónomo.

También existen unas cuantas diferencias entre ambas figuras en materia de fiscalidad. Los autónomos tributan en el IRPF por los rendimientos conseguidos, mientras que en el caso de las sociedades estos rendimientos tributan en el Impuesto sobre Sociedades. Fiscalmente puede ser más beneficioso comenzar una andadura laboral constituyendo una empresa, siempre que el sueldo que consiga el socio compense la cuota a pagar por el Impuesto sobre Sociedades y no resulte tan alta como para tributar en el IRPF a unos tipos por encima del tipo del Impuesto sobre Sociedades.

Otro aspecto a valorar entre hacerse autónomo o crear una sociedad es la responsabilidad, que es más limitada en este último caso. El autónomo tendrá que responder a sus deudas con los bienes presentes y futuros, mientras que en la sociedad lo hará con su patrimonio, sin que en ningún momento afecte al patrimonio personal de los socios.

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