Arreglemos el drama griego – no alarguemos la agonía
La apuesta populista de Tsipras con el referéndum en que pedía a los griegos que votaran contra un paquete de reformas que él mismo había estado negociando con la Comisión en principio parecía que le salía bien. Logró que una abultada mayoría de griegos –- más del 60% -- rechazara las condiciones para negociar un tercer rescate. Pero todos los sondeos y elecciones en Grecia desde el inicio de la crisis en 2009 también arrojan mayorías muy altas a favor de permanecer en el euro. Todo no se puede tener en esta vida.
Tsipras no contaba con la reacción unánime de los líderes de la UE (Juncker,Tusk, Dijsselbloem) y de las principales potencias de la UE y la eurozona (Merkel, Hollande, Rajoy, etc). Además, ¿por qué deberían financiar no ya los alemanes, holandeses y finlandeses, sino los españoles, irlandeses y portugueses más rescates de los griegos cuando en estos últimos la población se ha estrechado el cinturón para superar la crisis? ¿Y los eslovacos, lituanos y ciudadanos de otros países de la eurozona con una renta per cápita inferior a la griega que han entrado en la moneda única cumpliendo los criterios de Maastricht de déficit, deuda (máximo 60% PIB), etc..cuando Grecia (error de los líderes europeos) entró y aún tiene una deuda pública de más del 160% del PIB?
Los más lamentable es que los griegos se han sacrificado mucho y en enero Grecia estaba a punto de empezar a financiarse en los mercados privados. En la segunda mitad de 2014 el PIB de Grecia creció. Pero la victoria y demagogia de Syriza echaron por la borda el sacrificio de casi 6 años. Cuando la eurozona no cedió después del referéndum griego, Tsipras tuvo que aprobar paquetes de reformas en el parlamento griego más duras de las que estaba negociando con Juncker pocas semanas antes. Y la cuestión no es añadir más reformas, sino que se lleven a cabo. Y todos sabemos que se cancelerá más deuda griega, como ya ha sucedido en los dos primeros rescates. Las privatizaciones de empresas estatales estaban pactadas en los anteriores rescates. Simplemente no se han hecho. No se trata de aumentar los impuestos o congelar las pensiones. Sino de poner a funcionarios que se pueden jubilar a los 55 en puestos donde pueden contribuir – no jubilarlos para pagarles una pensión ínfima. Grecia se ha convertido en el primer país de transito de inmigrantes de Oriente Medio hacia el norte de Europa. Más de 75.000 inmigrantes que huyen de Siria u otros países en guerra llegaron a Grecia en la primera mitad de 2015, siete veces más que en el primer semestre de 2014. Funcionarios griegos deben ser pagados para ayudar a las patrullas de Frontex. Cualquiera que haya viajado a islas griegas sabe que las conexiones marítimas entre las islas y Grecia continental o entre ellas dejan mucho que desear.
Grecia debe y permancerá en la eurozona, en parte por motivos políticos, ya que un Grexit sería un golpe moral contra el euro y Grecia es un país estratégico. La eurozona, con 334 millones de habitantes, sobreviviría fácilmente un Grexit. Pero no es deseable ni necesaria. La población griega se ha sacrificado. Los que realmente están sufriendo deben recibir ayuda. Pero Grecia necesita a politicos serios. A Tsipras le ha salido la apuesta inmoral por la culata. Se ha rebelado el sector más radical de Syriza, y los partidos moderados tuvieron que rescatarle en la votación en el Parlamento griego de los paquetes de reformas. Los irresponsables ex ministros de finanzas y energía querían aparentemente que hackers se hicieran con las cuentas de los griegos y confiscar los euros del Banco Central griego. Unas nuevas elecciones legislativas en Grecia no es lo que necesitamos. Pero si Tsipras no puede gobernar parecen inevitables. Esperemos que los griegos elijan a personas competentes y sinceras cuando acudan a las urnas porque Grecia recibirá 86.000 millones de euros en el tercer rescate.