Calcula bien los ingresos y gastos si quieres vivir de las rentas
Vender o alquilar propiedades, recibir una indemnización por despido o heredar, son algunas de las circunstancias más frecuentes que permiten vivir sin trabajar o trabajar, si a uno le apetece, sin preocuparse por el dinero que genere, es decir, ser independientes económicamente. El peligro es que se tomen decisiones equivocadas que provoquen que el patrimonio disminuya.
Para que eso no ocurra, el inversor debe realizar un ejercicio de planificación financiera que le ayude a enfocar correctamente sus inversiones y gastos. Con este objetivo debe contestar a preguntas tan importantes como: ¿qué objetivo de rentabilidad necesito para mantener el nivel de vida deseado?, ¿es acorde a mi perfil de riesgo o he de rebajar mis expectativas de gastos o plantearme otras alternativas como vender inmuebles?
A continuación le ponemos un sencillo ejemplo para que vea cómo el planteamiento de este ejercicio de planificación: Julia tiene 75 años y vive de las rentas desde hace diez. Hasta ahora no se había preocupado de sus inversiones financieras, pero la última crisis de la bolsa y una caída de su patrimonio del 20% le inquietan y siente que sus inversiones podrían no ser suficientes para financiar su nivel de vida.
Lo que debemos pedirle a las inversiones
Teniendo en cuenta que los gastos de Julia son de 4.500 euros al mes y contando con que una parte queda cubierta con la pensión de la Seguridad Social, para conseguir su objetivo necesita 505.923 euros. Hemos estimado una inflación del 2% para los gastos y del 1% en el caso de la Seguridad Social.
Teniendo claro cuánto cuesta el objetivo, el siguiente paso es ordenar las inversiones para comprobar con cuánto dinero cuenta de partida. En este caso, dispone de 438.309,5 euros. Esto significa que tiene un déficit de 67.614 euros.
Julia necesita obtener de los mercados una rentabilidad del 1,82% anual medio en un escenario de inflación del 2%. Es decir su cartera de inversiones financieras debe tener como objetivo de rentabilidad un 0,19% por debajo de la inflación. Si, además, quiere dejar algo de capital al finalizar el periodo (por si vive más años o como ayuda a sus hijos), deberá de asumir rentabilidades superiores al 1,82%.