Por una normativa clara y punitiva contra la piratería
La OCDE cifra pérdidas mundiales de 200.000 euros por la piratería Se reclama reforzar la concienciación de los niños mediante campañas
La OCDE estima unas pérdidas en la economía mundial de 200.000 millones de euros anuales por infracciones sobre la propiedad intelectual. Frente a esto, el sector educativo, los creadores y los editores exigieron ayer en la jornada Los valores en la educación y el respecto a la creación, organizada por el Observatorio Internacional de Propiedad Intelectual (OIPI), en colaboración con el Senado y CincoDías, una normativa clara, punitiva y un refuerzo del papel de educadores y padres en la concienciación. “La educación y la sensibilización social ocupan un lugar preeminente y se encuentran en la raíz del problema y de su solución”, afirmó Pío Escudero, presidente del Senado, en la apertura de la jornada.
El ilustrador Antonio Fraguas, Forges, pidió sin embargo no confundir “enseñanza con educación” y “no cargar las espaldas de los enseñantes con unas funciones que no les corresponden”. Mientras que Mariano Pérez, consejero y expresidente de Warner Music España y Portugal, declaró estar de acuerdo “con la necesidad de educar a nuestros hijos” contra la piratería, pero se preguntó si el Ministerio de Educación o la sociedad tienen un “plan” para hacerlo.
Legislar antes de concienciar
Las instituciones públicas recibieron críticas por su actuación, que según la industria debe modificarse antes de realizar campañas de concienciación para profesores y alumnos. “Hay que ser coherentes”, pidió Magdalena Vinent, directora general del Centro Español de Derechos Reprográficos (Cedro). “Se están aprobando unas normativas que teóricamente protegen la propiedad intelectual, pero luego no se cumplen”, afirmó. Vinent puso como ejemplo el caso de las campañas de tráfico para reducir los accidentes, que no funcionaron hasta que no se puso en marcha el carnet por puntos y se aumentaron las sanciones.
Antonio María Ávila, secretario de la Federación de Gremios de Editores de España, reclamó un libro blanco sobre la propiedad intelectual, “en el que participen especialistas que nos den los datos económicos, de empleo y sociológicos, y las propuestas para poder desarrollar y cambiar esa situación en los próximos años”. Ávila pidió también una resolución en el Congreso o en el Senado “en la que absolutamente todos los grupos hagan una declaración explícita de apoyo a la propiedad intelectual”, algo inexistente en la actualidad.
Juan José Lucas, vicepresidente del Senado, aceptó esta reclamación en la clausura y expresó su deseo de que las conclusiones a las que se habían llegado a lo largo de la mañana se transmitieran a la presidencia del Senado y a los distintos grupos parlamentarios “para tratar de llevar esas inquietudes a la política práctica”.
En este sentido, Forges protestó por la “falta de conductos” de los creadores para comunicarse con la Administración. “¿Dónde está el 010 para los creadores de cultura?”, ironizó. Una incomunicación que ha generado también la “sensación de estar luchando solos” en la industria musical durante los últimos años, según Mariano Pérez, de Warner Music. “A nivel de música hemos perdido una generación”, declaró, una generación que va a ser difícil de cambiar para que pague por estos contenidos.
Varios ponentes coincidieron en la excesiva tolerancia de España con la piratería, presente en menor grado en los países del entorno. “Mientras que no entendamos en nuestro país que la cultura y la educación son la base de una sociedad, no vamos a poder solucionar el problema de la piratería”, afirmó Abel Martín, director general de Artistas Intérpretes Sociedad de Gestión (Aisge).